Contenedor marrón (orgánico)
¿Qué es el contenedor marrón?
Lo primero que debes saber es que no todas las Comunidades Autónomas cuentan con el contenedor marrón. Algunas de las pioneras son Euskadi, Navarra, Cataluña o Madrid y surge como división del contenedor gris.
Con los restos que se depositan en el contenedor marrón se puede hacer compost, biorresiduo que puede aprovecharse como fertilizante e incluso como generador de energía.
Los primeros contenedores marrones fueron instalados en 17 zonas de 10 distritos de la capital, pero con intención de ampliarlo paulatinamente al resto de España.
Es una actividad hecha a medida para el cuidado del medioambiente que a la vez crea empleo.
Ahora que se da esta división entre lo que antes era un solo cubo, podemos darte algunos consejos para poder llevarlo a cabo y adaptarte tanto en casa, como en las aulas o empresas.
Es importante meter bolsas en los contenedores, para mantener con mayor facilidad la higiene del lugar. Si el espacio no te permite añadir un cubo más, siempre puedes colocar bolsas independientes en el mismo. Además, para poder facilitar la diferenciación hasta que todos y todas nos acostumbremos, pueden colocarse etiquetas con nombres, colores e incluso dibujos.
¿Qué se echa en el contendor marrón?
Lo que debe depositarse en este contenedor es: restos de alimentos como pieles de frutas, espinas de pescado, plantas, cascaras de huevo o posos; o servilletas y papel de cocina usados.
Errores más comunes
Los restos impropios a este contenedor son los restos no orgánicos como objetos de cerámica, pañales, colillas, chicles, toallitas húmedas, arena para mascotas, pelo, polvo, etc.
Curiosidades
El compost es el abono formado por la mezcla de residuos orgánicos fermentados y materias minerales. El compost per se existe desde el nacimiento de las plantas verdes en la tierra. Cualquier vegetal que acabe en el suelo y se pudra con participación de oxígeno se transforma en composto. Sin embargo, el que no tiene la ayuda del oxígeno, se convierte en turba (carbón ligero de aspecto terroso y esponjoso) y finalmente en carbón por el efecto de la presión.
Se dice que el primer compost realizado por el ser humano y no la naturaleza fue sir Albert Howard, que preparaba su compost con una capa de material vegetal de 15 centímetros. Desde entonces se han ideado muchas recetas y maneras de hacerlo. Siendo una materia prima tan potente ¿por qué no aprovecharla?
Más del 40% de nuestras bolsas de basura incluyen bioresiduos que son cien por cien aprovechables.
Es posible que aún no tengas un contenedor marrón cerca, en ese caso, puedes aprender a hacer tu propio compost en casa o colegio para el huerto o jardín.
Proceso del reciclaje orgánico
Una vez se recogen los residuos, es preciso llevarlos a una compostadora que puede ser individual o comunitaria. De hecho, ¡puedes hacer compost en tu propia casa! Se sigue un proceso sencillo que pretende imitar el de la naturaleza. Es exactamente igual al proceso habitual, pero controlando los parámetros de temperatura, humedad y oxígeno. De seis a doce meses después está listo para ser usado.
Al separarlo del resto, se reduce la cantidad de residuos que llegan al vertedero, se reducen los malos olores y se ahorra energía, ya que puede producirse de esta manera en forma de biogás. De momento, las zonas pioneras se encuentran en Madrid, pero pronto irá extendiéndose a más zonas y comunidades autónomas.
Es importante saber dónde vamos a acumular los restos. Elegir un recipiente con posibilidad de cerrado es una buena opción. También es importante dónde va a estar el recipiente. Es preferible que sea un lugar cálido.
Primero debe llenarse la capa de abajo del recipiente con una capa seca y leñosa, junto con algo de estiércol que sirva para fermentar.
Primero debe llenarse la capa de abajo del recipiente con una capa seca y leñosa, junto con algo de estiércol que sirva para fermentar.
Después habrá que removerlo y dejarlo reposar. Airearlo de vez en cuando y regarlo cuando esté seco será otro detalle a tener en cuenta.
Varios meses después (ente 4 y 6), las capas inferiores estarán compostadas. Debería tener un color oscuro, textura suelta y un
olor agradable.
Deposita en el contenedor orgánico
Los restos de alimentos como pieles de frutas, espinas de pescado, plantas, cáscaras de huevo o posos; o servilletas y papel de cocina usados, puede hacerse compost.
No deposites en el contenedor orgánico
Restos no orgánicos
Objetos de cerámica, pañales, colillas, chicles, toallitas húmedas, arena para mascotas, pelo, polvo, etc.