Contenedor amarillo
¿Qué es el contenedor amarillo?
El contenedor amarillo es el contenedor destinado a separar los envases de plástico, briks y latas. A pesar de que el contenedor amarillo lleva más de 25 años en funcionamiento en España, es el que más dudas genera.
A pesar de que ha habido una muy buena evolución, y cada año aumenta la cantidad de envases de plástico, briks y latas recicladas por habitante, un tercio de la población sigue sin saber con exactitud dónde va cada tipo de residuo. Por otro lado, aunque muchas veces pensemos lo contrario, en España el 80% de los hogares y ciudadanos reciclamos de manera activa y separamos nuestros residuos a diario.
- Botellas de plástico, incluyendo su tapón
- Productos de higiene y limpieza, como detergentes, suavizantes o tubos de pasta de dientes
- Envases de yogur o natillas, incluyendo su tapa
- Bandejas de plástico
- Envoltorios hechos de papel film
- Bolsas de plástico
- Latas de conserva y bebidas
- Bandejas de aluminio
- Aerosoles y desodorantes
- Tapas, chapas y tapones metálicos
- De leche, zumos, sopas, etc
- Cajas de frutas y verduras
- Cajas de vinos y espirituosos
- De cuajadas, natillas, crema catalana, etc.
- Bandejas de corcho blanco
Aunque podamos tener esto claro, existen una serie de productos que pueden acabar en el contenedor equivocado, lo que se conoce como residuos “impropios”.
Es lógico pensar que todos los objetos que estén fabricados con plástico y que ya no nos son de utilidad, van al contenedor amarillo, pero no siempre es así. En el contenedor amarillo debe depositarse exclusivamente lo citado anteriormente.
No deben depositarse: juguetes de plástico (que deben ir a un punto limpio o al contenedor de resto, en caso de estar en buen estado pueden donarse a muchas organizaciones que se dedican a obras sociales), biberones y chupetes (que también van al punto limpio o contenedor de resto), utensilios de cocina y los cubos de plástico (estos últimos también deben ir al punto limpio o contenedor de resto).
Otros materiales con los que también podemos dudar, y que por tanto no deben depositarse en el contenedor amarillo, son los siguientes: vasos de papel de cafeterías, papel plastificado usado en carnicerías y pescaderías, tupperwares, botes tipo Pringles, cápsulas de aluminio de café, moldes de silicona para cocinar, termos, cajas de CD’s y DVD’s, carcasas de vídeos de VHS y cintas de casete, monederos y carteras, bolígrafos, sacapuntas, mecheros, materiales de plástico de cuadros o fotografías, envases de los medicamentos o neceseres.
Deben ir a un punto limpio o al contenedor de restos, aunque también existen diferentes ONG que recogen juguetes usados para obras sociales.
Punto limpio o al contenedor de restos
Contenedor de restos
Punto limpio o al contenedor de restos
Contenedor de restos
Punto limpio
Curiosidades
¿Sabías que con 6 briks puede hacerse una caja de zapatos, 40 botellas de plástico pueden convertirse en un forro polar o que 80 latas de bebidas pueden transformarse en una llanta de bicicleta? 8 botes de conserva pueden tener una segunda vida como las piezas de una olla de cocina, 22 botellas de plástico una camiseta y 550 latas las partes de una silla. ¡Y estos son solo algunos ejemplos!
Además, cada envase reciclado tiene su impacto en la lucha contra el cambio climático y la contaminación, ya que reciclando 6 latas o briks se contrarresta la emisión de 10 minutos de un tubo de escape.
Proceso de reciclaje
Todos los envases que van a parar al contenedor amarillo son transportados a las plantas de selección, y de allí a sus respectivos recicladores. De manera más desarrollada:
Primero se separan los materiales según sean aptos o no aptos. Por ejemplo, las etiquetas, los restos o tierras de algún tipo se desechan. Este proceso puede ser algo complejo, ya que se separan al menos tres fracciones: metales (acero y aluminio) y plásticos (PET, PEAD, film y plástico mezcla). Una botella de agua sería plástico PET, una lata de refresco sería metal y una bolsa de patatas sería plástico mezcla.
Por otro lado, también se segregan según los colores. De esta forma se optimiza el uso de colorantes.
Las piezas se rompen y trituran en trocitos pequeños para facilitar el tratamiento.
Después se lavan, cubriendo los trozos con agua y dejando que las impurezas más densas queden abajo.
Se seca y centrifuga, eliminando cualquier otra impureza que haya podido quedar.
Se homogeneiza con un proceso mecánico para lograr un color y textura uniforme.
Después vuelve a depurarse el material de impurezas y se le da la forma y el color demandado, pasando por los respectivos controles de calidad.
¿En qué se convierte los envases de plástico reciclado? Ecoembes afirma que una mayoría del plástico PET se destina a lámina (embalajes para juguetes, aparatos electrónicos u otros productos), un porcentaje menor a fibra (moquetas o ropa) y la menor parte a fleje (precintos).