Qué es la boina de contaminación

28/08/2019|Publicado por Ecoembes

La boina de contaminación que se puede observar en muchas ciudades es una acumulación de contaminación que deteriora la calidad del aire y se manifiesta como una especie de nube grisácea visible a cierta distancia.

Este fenómeno está provocado por una ausencia de vientos y lluvias, que resulta en un aumento de óxido de nitrógeno en el aire. Sus partículas se suspenden y toman los característicos colores grisáceos o pardos que representan a la llamada ‘boina’ de contaminación. La influencia de anticiclones y las altas presiones atmosféricas hacen que estas partículas se mantengan estáticas, sin moverse, sobre las ciudades.

Desde dentro de las ciudades no se aprecia la existencia de este fenómeno, ya que no se aprecian las partículas en suspensión, pero a kilómetros de distancia es perfectamente visible.

Los peligros de la contaminación

Globalmente, siete millones de personas fallecen por culpa de la contaminación cada año. Es la cuarta causa de mortalidad mundial, cobrando un precio muy alto solo por respirar. En España, según los datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), este fenómeno provoca 10.000 muertes anuales. No hace falta fumar o comer ultraprocesados, estos fallecimientos suceden simplemente por respirar aire contaminado.

Soluciones ante la contaminación atmosférica

La conciencia de la sociedad va en aumento, como muestran las numerosas concentraciones y manifestaciones en favor de tomar medidas para parar la emisión de gases contaminantes. Es importante tener en cuenta los objetivos de sostenibilidad mundiales, así como prestar atención a las zonas más desfavorecidas, que son las más afectadas por la contaminación.

Fomentar el transporte público, reciclar, ahorrar energía, moverse en bici o patinete e incluso compartir coche para ir al trabajo forman parte de las conductas que se deben fomentar. Reducir los gases tóxicos que pueblan el aire, como el monóxido de carbono o dióxido de nitrógeno, es la única manera de alargar la vida del planeta. Entonces, ¿qué puedes hacer tú para reducir la contaminación en tu ciudad?

Camina o desplázate en bicicleta para distancias medias, o utiliza el transporte público para viajes más largos. Será el transporte del futuro.
Si te mueves en coche, sigue algunas pautas básicas: no aceleres de manera brusca al arrancar, respeta los límites de velocidad, modera el uso de calefacción y aire acondicionado, no utilices el ralentí estando parado y controla la presión de los neumáticos. Estos sencillos consejos servirán para ahorrar combustible y contaminar menos.
Reciclar es otra manera de reducir la contaminación. Separar y gestionar los residuos correctamente es básico para cuidar el planeta.
No derroches energía. Apaga la luz siempre que sea posible, utiliza electrodomésticos eficientes y sus programas “eco”, y no olvides aprovechar la luz natural.
Utiliza productos respetuosos con el medio ambiente, evitando elementos tóxicos en la medida de lo posible. Por ejemplo, a la hora de limpiar, algunos productos naturales pueden ayudarte. El vinagre contiene ácido acético, que acaba con la grasa; los jabones naturales funcionan igual de bien que cualquiera de fabricación artificial; el limón contiene aceites esenciales y bioflavonoides, además de ser un buen quitamanchas que huele bien; el alcohol etílico es un buen limpiador, seca superficies rápidamente, es desinfectante y quita manchas de grasa o pegamento de manera eficaz; la glicerina (o glicerol) es un líquido incoloro, inodoro, viscoso y no tóxico, con un sabor muy dulce y con miles de usos.
Reduce el uso de embalajes y plásticos de un solo uso, eligiendo envases y bolsas reutilizables.

Consulta la calidad del aire en tu ciudad

Internet ofrece la posibilidad de consultar información en tiempo real sobre la calidad del aire. El Índice de Calidad del Aire (ICA) se calcula a partir de los datos recogidos en todas las estaciones de medición y vigilancia existentes. Estos datos no solo informan sobre los niveles de contaminación, sino que detallan cómo estos afectan a la salud y la manera de combatirlos.

Tres elementos son los que dan problemas: Nitrógeno (NO2), partículas (PM10) y el ozono (O3). Los vehículos generan el primero, por lo que abunda en grandes ciudades; las partículas surgen de cualquier industria, construcción o actividad cotidiana; y el ozono, al desplazarse grandes distancias, es el más presente en entornos naturales. Entre todos provocan enfermedades desde cáncer a neumonía, asma, ictus, infartos o cardiopatías.

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