Los envases activos se caracterizan por su innovación y por ser el siguiente paso en el desarrollo del envasado de productos. Su función es avanzar desde los actuales envases pasivos, a unos envases activos capaces de interactuar con el producto envasado y su entorno.
Los termoplásticos son una clase de polímeros con capacidad de someterse a un ciclo de transformación sin fin. Al calentarse, se convierten en un líquido viscoso, listo para ser moldeado en infinitas formas. Y al enfriarse, se solidifican, manteniendo la forma deseada.
Este conjunto de cifras tiene como objetivo principal la correcta división de los residuos para que en todo el proceso el manipulador sea consciente de que nivel de contaminación, por ejemplo, tiene cada uno de los residuos o para su posterior clasificación y reutilización.
Al combinar componentes naturales y matrices poliméricas (polímeros a los que se añaden fibras de vidrio, boro, carbono etc.), los biocomposites ofrecen una serie de propiedades especialmente atractivas desde un punto de vista técnico e industrial.
Los envases soplados son el resultado de fusionar tecnología avanzada con prácticas sostenibles, y, por tanto, suponen una alternativa eficiente a la par que respetuosa con el medioambiente.
Puede que el futuro de la economía circular pase por el uso de este novedoso componente. A día de hoy, la palabra nanocelulosa suena a un término futurista o de ciencia ficción, pero nada más lejos de la realidad, su uso ya se está extendiendo con gran rapidez.
Los materiales termoestables o polímeros termoestables son un tipo de plásticos que una vez endurecidos, no pueden volver a ser remodelados o fundidos por calor. Es decir, solo podemos fundirlos una única vez.
El envasado aséptico es una tecnología que ayuda a extender la vida útil de alimentos y preservar sus cualidades organolépticas y de calidad por más tiempo, sin necesidad de refrigeración o de añadir conservantes.
La UE ha implementado una nueva legislación que exige que los tapones estén unidos a las botellas de plástico. Esta normativa europea tiene como objetivo prevenir la pérdida de los tapones y facilitar el proceso de reciclaje.