Un paraguas hecho con tela de paracaídas usado, una mochila que renace de lo que en su día fueron unos pantalones o una chaqueta realizada a partir de redes de pesca desechadas en el mar. La moda reciclada es tendencia y la proliferación de nuevas firmas preocupadas por el medio ambiente, sobre todo en los últimos, años ha demostrado su éxito.
Muchos ya habréis oído hablar del concepto de las tres Rs. Se trata de la guía básica para disminuir los residuos generados en nuestro planeta, ayudarnos a ahorrar en materias primas y reducir las pérdidas energéticas. Pero, ¿sabías que hay otras cuatro reglas? Estas siete Rs ilustran las acciones necesarias para alcanzar una economía circular.
En la consecución de una economía circular y un futuro más sostenible, la reducción de residuos a través de los sistemas de devolución de envases puede ser una alternativa para recuperarlos y posteriormente reciclarlos.
El policloruro de vinilo o más conocido como PVC, es un material que se encuentra presente en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. Se usa desde tuberías, automóviles, envases o juguetes.
Este sistema de clasificación numérica tiene como objetivo principal facilitar la identificación y gestión adecuada de los residuos a lo largo de todo su ciclo de vida.
Una planta de reciclaje es una instalación especializada en el procesamiento de diversos materiales, con el objetivo de poder reutilizarlos y darles una segunda vida. La variedad de materiales que se tratan en cada planta puede variar en función de la demanda local y la capacidad de procesamiento de la instalación.
Podemos definir el agua regenerada o agua reciclada/reutilizada, como aquella agua residual o usada, que ha sido sometida a un proceso de tratamiento para eliminar impurezas y contaminantes, haciéndola apta para nuevos usos.
Los envases a devolver se están convirtiendo en una herramienta muy popular para ayudar en el avance de la economía circular e intentar mejorar las tasas de reciclaje.