Los envases a devolver se están convirtiendo en una herramienta muy popular para ayudar en el avance de la economía circular e intentar mejorar las tasas de reciclaje.
Aunque tengamos muy claro en qué contenedor debemos de tirar los residuos que generamos a diario, la ceniza no es algo que nos surja la necesidad de desechar todos los días, así que es normal que pueda generar dudas.
La pirólisis es un procedimiento termoquímico de alto consumo energético que convierte, a través de la combustión, grandes cantidades de residuos en combustible.
Hay algunos materiales que, con un poco de ingenio, pueden terminar convirtiéndose en nuevos y útiles objetos, con una segunda vida por delante. Es el poder de la reutilización, la segunda de las 3R.
El “suprareciclaje” o también conocido como “upcycling” va más allá de un simple proceso de transformación, se convierte en una filosofía que busca encontrar valor en lo que ya no se usa.
Ahora, AIRE extiende sus capacidades al mundo de la mensajería instantánea, incorporándose a WhatsApp. Esta novedad promete hacer la experiencia de reciclaje aún más accesible y eficiente.
Su uso abarca diversas industrias, desde las propias empresas de reciclado, la industria plástica, vidrio o papel, también procesado de alimentos o incluso minería.
El proceso de reciclaje comienza cuando los ciudadanos depositan los envases en el contenedor amarillo (envases de plástico, latas y briks) y el contenedor azul (envases de papel y cartón). ¿Qué viene después?
Veamos cómo los robots están transformando también esta industria, esencial para el futuro del planeta. El uso de robots en el reciclaje está marcando un antes y después en la gestión de residuos, ofreciendo una tecnología del reciclaje innovadora que promete revolucionar este campo y aportar soluciones a los problemas existentes.
El plástico es un material que ha tenido un impacto transformador en numerosas industrias y en nuestra vida cotidiana. Su versatilidad, durabilidad y coste reducido han sido vitales en varios sectores.