La clave para una gestión sostenible de residuos orgánicos

Compostaje industrial

En zonas urbanas y suburbanas, donde el espacio es limitado, es común el uso de compostaje industrial como forma de gestionar los residuos orgánicos. Estas plantas de tratamiento a gran escala requieren de una adecuada separación en origen para asegurar la calidad del compost.
 
El compostaje industrial es uno de los puntos a través de los que se logra el cumplimiento de los objetivos de reciclaje de materia orgánica a nivel europeo.
 
La fase del compostaje se basa en la transformación biológica de materia orgánica en un producto estabilizado y rico en nutrientes.

El papel del compostaje industrial en la economía circular

El compostaje industrial encaja de manera precisa con los principios de la economía circular. Este modelo económico busca reducir todo lo posible la generación de residuos, mantener los productos y materiales en uso el mayor tiempo que se pueda y recuperar a la vez que regenerar los sistemas naturales.

El compost es abono natural, rico en nutrientes y microorganismos beneficiosos, se suele utilizar en la agricultura, jardinería y restauración de suelos.

Convirtiendo los residuos orgánicos en compost, es como se cierra el ciclo de vida de los materiales. Los nutrientes que fueron extraídos del suelo para producir alimentos vuelven a él a través del compost, enriqueciendo y regenerando los ecosistemas.

Beneficios del compostaje industrial para empresas y el medioambiente

El principal beneficio general del compostaje industrial es la disminución de la cantidad de residuos orgánicos enviados a vertederos, reduciendo la emisión de metano, un gas de efecto invernadero.

El compost también es un excelente acondicionador de suelo, incrementa su estructura, retención de agua y capacidad para retener nutrientes. Además, el compost generado a partir de residuos orgánicos es un abono de alta calidad que puede sustituir a los fertilizantes químicos, reduciendo la contaminación del suelo y del agua.

Otra de las ventajas consiste en que, al descomponer la materia orgánica en un ambiente controlado, el compostaje industrial captura el carbono orgánico y lo transforma en compost, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.

El compostaje industrial como motor de la sostenibilidad

Tanto el compostaje doméstico como el industrial convierten los residuos orgánicos en compost, un fertilizante natural. La diferencia entre ellos está en el lugar donde se realizan y en las condiciones del tratamiento. El compostaje doméstico se realiza en casa y es más sencillo, pero menos controlado, mientras que el compostaje industrial se lleva a cabo en plantas especializadas y ofrece condiciones óptimas para una descomposición más rápida y eficiente.
 
La principal ventaja del compostaje doméstico es la reducción de costos y la disminución de la huella de carbono, mientras que el compostaje industrial es capaz de procesar grandes volúmenes de residuos de manera más rápida y controlada.

Al reducir la contaminación de suelos y aguas y convertir los residuos en un producto valioso, el compostaje industrial es un activo muy valioso en términos de sostenibilidad.

Cómo el compostaje industrial complementa y amplía las estrategias de gestión de residuos

Una vez separados los residuos orgánicos en el origen, son trasladados a plantas de compostaje industrial. Allí, tras una limpieza inicial para eliminar elementos extraños, la materia orgánica se introduce en pilas de compostaje y son sometidas a un proceso de aireación controlada, iniciando así la fermentación. Esta primera etapa, que dura entre 6 y 8 semanas, da lugar al llamado «compost primario».

Posteriormente, el compost primario pasa a una fase de maduración, donde se somete a un volteo y aireación intensivos. Esta etapa, que puede durar entre 6 y 10 semanas, depende de factores como la temperatura y humedad, y culmina con un producto más estabilizado.

Finalmente, el compost resultante se somete a un tratamiento de afinado para obtener diferentes productos: un compost de estructura gruesa (nivel 1) y un compost de estructura fina (nivel óptimo).

El compostaje industrial complementa y amplía las estrategias de gestión de residuos al ofrecer una solución eficaz para el tratamiento de los residuos orgánicos. Al integrarse en un sistema de gestión de residuos más amplio, el compostaje industrial puede contribuir a alcanzar objetivos de reducción, reutilización y reciclaje de residuos.

Destacando las aplicaciones y beneficios del compostaje industrial. Compostaje industrial en diferentes sectores: Alimentario, agrícola, forestal y más

En agricultura, se utiliza para deshacerse de residuos provenientes del sector alimentario (frutas o restos de verduras) y después como producto orgánico para enriquecer los suelos, desarrolla su estructura y ayuda en el crecimiento de los cultivos.

En paisajismo y horticultura, se puede utilizar el compost para acondicionar suelos, controlar la erosión y promover el desarrollo de jardines y áreas verdes. Sin olvidar su función depurativa en la gestión de las aguas pluviales, al mejorar la infiltración y la retención de agua en el suelo.
 
En el sector forestal, se aprovecha para el compost ramas, astillas e incluso hojas y se aplica en la recuperación de tierras degradadas, ya que facilita la revegetación y la restauración de suelos contaminados.

Abono de alta calidad: Propiedades y ventajas del compost industrial para la agricultura

Los materiales compostables son aquellos capaces de descomponerse biológicamente en un compostador, transformándose en humus. Esta técnica, que requiere condiciones específicas de humedad, temperatura y aireación, resulta en un producto final rico en nutrientes y de gran valor para el suelo.
 
La norma europea EN 13432:2000 establece los criterios técnicos que deben cumplir los envases y materiales para ser considerados compostables y obtener la certificación OK Compost. Esta certificación garantiza que el producto cumple con los requisitos de la Directiva Europea de Envases y Embalajes, lo que significa que puede descomponerse en un entorno industrial sin generar residuos nocivos ni afectar negativamente la calidad del compostaje.

La norma europea EN 13432 establece los criterios técnicos que deben cumplir los materiales y envases para ser considerados compostables. Estos requisitos garantizan que el material se degrade de forma completa y rápida en un entorno de compostaje, sin generar sustancias nocivas o contaminantes. Según esta norma, un material debe descomponerse al menos un 90% en un plazo máximo de 6 meses y no puede dejar residuos de microplásticos ni metales pesados. Además, el proceso de degradación no debe afectar negativamente la calidad del compost resultante.

El impacto positivo del compostaje industrial en la salud del suelo

Al incorporar el compost al suelo se produce una transformación que mejora la estructura de este, haciéndolo más esponjoso y permitiendo una mejor circulación del aire y el agua. También aporta una gran cantidad de materia orgánica y nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio. Esto permite que sea más fértil y productivo.

Todo esto repercute en que se puedan obtener cultivos más sanos y resistentes, mayor rendimiento y mejor calidad de los alimentos gracias a la reducción de fertilizantes químicos.

Respecto a los ecosistemas, los suelos más saludables son más resistentes a la erosión y retienen mejor el carbono, que provoca el cambio climático. Los suelos pueden contener mayor biodiversidad, lo que incide en la salud de los ecosistemas.

El compostaje industrial como herramienta para combatir el cambio climático

Como ya hemos comentado, el compostaje es una herramienta eficaz para combatir el cambio climático al minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero y secuestrar carbono en el suelo.

Transformando los residuos orgánicos en compost, se evita la liberación de metano en el ambiente y se aprisiona el carbono orgánico en el suelo.

Compostaje industrial: Una inversión rentable para empresas y comunidades

Aunque la implementación de una planta de compostaje industrial requiere una inversión inicial, y puede tener algunos inconvenientes como olores, descomposiciones lentas o un aspecto no muy agradable, en el largo plazo los beneficios que provee superan a estos posibles inconvenientes.

Gracias al compostaje industrial se generan ingresos por su venta, se reducen los costes de gestión de residuos y se mejora el entorno.

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