Qué es el permafrost

Qué es el permafrost

La RAE define el permafrost como la “capa del suelo permanentemente congelada en las regiones polares”. Conocer qué es el permafrost y sus consecuencias es esencial para nuestro futuro, pues el calentamiento global está provocando su derretimiento y eso puede tener un enorme impacto ambiental que pone en riesgo la supervivencia en la Tierra.

¿Qué es el permafrost?

El permafrost es la capa de suelo bajo la superficie de la Tierra que ha permanecido congelada de forma ininterrumpida durante, al menos, dos años consecutivos. Pero, en la mayoría de los casos, ese tiempo es de cientos o incluso miles de años.

Ese suelo permanece a una temperatura de 0ºC o inferior y está formado por una combinación de roca, tierra, arena y minerales unidos por el propio hielo. Durante esos cientos o miles de años, esta capa helada ha almacenado grandes reservas de carbono orgánico (restos de animales o vegetales que no se han descompuesto por efecto del frío) que no forman parte de los ciclos del sistema terrestre desde hace siglos. Se calcula que la cantidad de carbono almacenada bajo el permafrost representa en torno al doble del contenido de carbono que existe en la atmósfera. Todo esto significa que el permafrost ha actuado como un gran termostato regulador del clima terrestre.

Además de ser una reserva natural de carbono, el permafrost también ha conservado durante siglos objetos históricos y restos biológicos de otras eras (herramientas antiguas, esqueletos humanos, mamuts…).

El permafrost se extiende por una cuarta parte del hemisferio norte, principalmente en zonas árticas como Alaska, Canadá, Groenlandia y Siberia. También puede encontrarse en algunas regiones del hemisferio sur como los Andes, los Alpes del Sur o las islas Georgias del Sur, entre otras. Según el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC), esta capa helada abarca más de 23 millones de kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a Estados Unidos, China y Canadá juntos.

Causas del deshielo del permafrost

Ahora que sabes qué es permafrost, debemos señalar que el cambio climático amenaza con derretir ese hielo, lo que hará que esos depósitos de carbono se liberen a la atmósfera en forma de gases, agravando el problema del calentamiento global.

En los últimos años se viene observando un derretimiento de las capas superficiales del permafrost y también de sus zonas más profundas. La amenaza es mayor en el Ártico, una zona que se está calentando tres veces más rápido que la media del planeta.

A medida que las temperaturas globales aumentan como consecuencia de los distintos tipos de contaminación, el equilibrio térmico que mantenía congelado ese suelo se altera, por lo que se corre el riesgo de que ese almacén de carbono escape a la atmósfera.

El calentamiento global, principal causa del deshielo del permafrost, está reduciendo la extensión de esta capa helada, especialmente en las latitudes altas. El cambio climático ha sido muy rápido en las últimas décadas y la previsión no es alentadora de cara al futuro.

¿Qué pasa si el permafrost se derrite?

El derretimiento del permafrost es ya una realidad que puede tener consecuencias catastróficas para el planeta y para la vida. ¿Qué pasa si el permafrost se derrite?

  • Liberación de gases de efecto invernadero. Al descongelarse ese suelo, los microbios almacenados descompondrán la materia orgánica atrapada y esa reserva de dióxido de carbono y metano que permanece en el subsuelo se irá liberando progresivamente, acelerando todavía más el calentamiento global. Esto, a su vez, incrementaría la velocidad de deshielo del permafrost, agravando todavía más el problema del cambio climático.
  • Liberación de virus y bacterias. Según algunos hallazgos, en el permafrost se almacenan microbios con más de 400.000 años de antigüedad, por lo que la comunidad científica cree que muchos de los virus que han amenazado a la humanidad a lo largo de la historia (como la peste bubónica o la viruela) permanecen en estado latente en esa capa congelada. Si esta se descongela, los virus y bacterias quedarían liberados.
  • Liberación de materiales peligrosos. Además de microorganismo, virus y bacterias antiguos, en el permafrost también hay mercurio y metales pesados, que quedarían liberados en caso de deshielo, poniendo en riesgo la salud de los seres vivos.
  • Pérdida de biodiversidad. El derretimiento del permafrost ya está provocando en Siberia que la flora local desaparezca y, con ella, la fauna que se alimenta de esa tundra. Además, cuando se descongela el permafrost que hay bajo cuerpos de agua, esta se filtra en el terreno. Esto hace que desaparezcan lagos y provoquen sequías.
  • Erosión y sedimentación. El deshielo genera erosión e introduce sedimentos en ríos y lagos, provocando la degradación del agua.
  • Derrumbamientos y accidentes geológicos. Al derretirse el hielo que actúa como cemento uniendo materiales, se provoca un proceso de deforestación que puede hacer ceder esas tierras debido a la inestabilidad del terreno. Esto puede afectar a la estructura de viviendas, carreteras y otras infraestructuras, pudiendo producirse derrumbamientos de edificios construidos sobre ese suelo.
  • Riesgo para comunidades humanas. Poblaciones de ciertas regiones de Rusia, Alaska o Canadá ya se enfrentan a las consecuencias directas del deshielo del permafrost, como son el hundimiento del terreno o el deterioro de su entorno.

Por tanto, el derretimiento del permafrost tiene consecuencias locales y globales de gran importancia, tanto para el medioambiente como para la salud de los seres vivos.

El futuro del permafrost frente al cambio climático

A medida que el permafrost se va derritiendo, libera gases como carbono y metano y antiguos virus y bacterias, lo que tendrá graves consecuencias tanto en esas zonas como en el resto del planeta.

Un estudio publicado en la revista Nature Climate Change concluye que el aumento global de la temperatura de la Tierra en 1ºC sobre los niveles preindustriales supone una pérdida de permafrost de casi 4 millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale a un tamaño superior al de la India. Si ese aumento de la temperatura alcanza los 2ºC, se perdería el 40% del permafrost total del planeta. Las consecuencias, como ya hemos visto, serían nefastas.

Esta es una de las razones por las que en el Acuerdo de París se fijó el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC y se concluyó que, limitándolo a 1,5ºC, se podría salvar parte del permafrost del planeta.

Ante esta amenaza, además de acuerdos gubernamentales, numerosas comunidades locales fomentan soluciones y medidas de adaptación para mitigar el impacto del deshielo del permafrost. Algunos ejemplos son:

  • Realización de estudios y programas para analizar la evolución del permafrost.
  • Puesta en marcha de proyectos de adaptación de infraestructuras para evitar el hundimiento del terreno.
  • Promoción de investigaciones científicas sobre las consecuencias y la prevención del deshielo del permafrost.
  • Reducción urgente de las emisiones de dióxido de carbono.

Esta última se considera la medida más efectiva para luchar contra el derretimiento del permafrost y, por tanto, para evitar sus consecuencias.

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