Clasificación de residuos sanitarios: tipos y normas para una gestión segura

residuos sanitarios

Debido a la naturaleza y características de los residuos generados por los centros sanitarios, algunos de estos residuos pueden resultar un peligro para la salud pública y para el medioambiente. Es por eso por lo que la ley obliga a una correcta clasificación de residuos sanitarios, como pueden ser el material quirúrgico, elementos punzantes, restos químicos y farmacológicos e incluso restos humanos.

Importancia de clasificar los residuos sanitarios de forma adecuada

Fue en la década de los años 80 cuando despertó el interés sanitario y ambiental por la gestión de residuos sanitarios. A lo largo de los años, además, se ha incrementado este tipo de residuos por el aumento de la actividad sanitaria, y los procedimientos y tratamientos médicos son cada vez más variados y complejos.

Por tanto, los residuos sanitarios provocan un alto coste social y ambiental, lo cual ha dado lugar al incremento de exigencias legales en cuanto a la gestión de los mismos.

Si los residuos generados por los centros sanitarios no son tratados adecuadamente, pueden generar problemas potenciales para la salud pública. Una gestión incorrecta, especialmente de aquellos residuos sanitarios que son peligrosos, puede liberar al medioambiente sustancias perjudiciales para los seres vivos.

Por ello, la normativa establece la obligación de gestionar los residuos sanitarios peligrosos de forma adecuada, a través de su correcta identificación, separación, almacenamiento y entrega a un gestor autorizado para su posterior tratamiento y/o eliminación.

Los residuos sanitarios tienen una clasificación específica y deben gestionarse de manera segura tanto por el personal sanitario como por las empresas de recogida de residuos.

Residuos sanitarios de clase 1 y 2: definición y gestión

¿Cómo se clasifican los residuos sanitarios? Se considera como tal todo aquel residuo generado como consecuencia de la actividad sanitaria, tanto la relacionada con la salud humana como animal. No obstante, aunque son las comunidades autónomas las que tienen las competencias en esta materia, la legislación establece una clasificación general de residuos sanitarios en función de su origen y peligrosidad, que distingue cinco grupos principales:

  • Grupo I
  • Grupo II
  • Grupo III
  • Grupo IV
  • Grupo V

¿Qué son los residuos sanitarios de clase 1?

Los residuos sanitarios de clase 1 son todos aquellos derivados de materiales no peligrosos, como papel, cartón, restos de comida, material de oficina, jardines o despachos, residuos procedentes de pacientes no infecciosos, etc.

Este tipo de residuos sanitarios puede recogerse en bolsas para residuos hospitalarios. Para recogerlos se utiliza un contenedor no desechable y una bolsa de color negro.

Los residuos sanitarios del Grupo I se asimilan a los residuos municipales, pues no plantean exigencias especiales para su gestión.

Residuos sanitarios de clase 2: características y tratamiento adecuado

Los de clase 2 son residuos sanitarios no específicos que proceden de pacientes no infecciosos, como guantes, vendas, yesos, material de curas, material textil fungible…

Estos residuos se eliminan en contenedores no desechables con bolsas de polietileno de un solo uso. Son bolsas de color gris rotuladas como ‘residuos sanitarios no específicos’.

Se trata de residuos sanitarios sobre los que se deben aplicar medidas de prevención en la manipulación, la recogida, el almacenamiento, el transporte, el tratamiento y la eliminación, tanto dentro como fuera del centro sanitario que los genera, pues podrían representar un riesgo para la salud laboral y pública.

Diferencias entre residuos sanitarios de clase 1 y clase 2

La principal diferencia entre los residuos sanitarios de clase 1 y 2 radica en que los primeros son considerados residuos domésticos, mientras que los segundos son residuos no domésticos.

Esto quiere decir que los residuos sanitarios de clase 1 son similares a los que se generan en los hogares, por lo que se generan en zonas en las que no se realizan actividades específicamente sanitarias (oficinas, almacenes, salas de espera, cafeterías, comedores…) y, por tanto, no representan un riesgo especial para la salud.

En cambio, los residuos sanitarios de clase 2 son diferentes a los que se generan en los hogares, aunque pueden ser o no generados por la propia actividad sanitaria. Por un lado, tendríamos vendas, yesos e incluso pequeñas cantidades de sangre procedentes de pacientes con enfermedades no infecciosas y, por otro, tendríamos materiales como tóner, equipos eléctricos, ropa y textil no contaminados o aceites de cocina, entre otros.

Residuos sanitarios de tipo 3: ¿qué son y cómo se gestionan?

Cuando hablamos de los residuos sanitarios de tipo 3 nos referimos a residuos biosanitarios, que pueden proceder de pacientes infecciosos, líquidos, agujas, materiales punzantes o cortantes, sangre, recipientes, etc.

Este tipo de residuos sanitarios debe eliminarse de manera especial porque pueden resultar peligrosos. Por un lado, los objetos punzantes y cortantes se recogen en contenedores amarillos y, por otro, el resto de residuos de clase 3 se recogen en contenedores negros de un solo uso, fabricados con materiales que garanticen su total eliminación. ¿Qué características debe tener este contenedor negro?

  • Rigidez.
  • Impermeabilidad.
  • Resistencia a agentes químicos y a materiales perforantes.
  • Con cierre provisional que garantice su estanqueidad hasta su llenado y cierre hermético definitivo.

Además, este contenedor debe incluir el pictograma de ‘biorriesgo’.

También existen los residuos sanitarios del Grupo IV, que son residuos peligrosos por su origen citotóxico, como pueden ser: restos de medicación citotóxicos, restos de sustancias químicas o medicamentos caducados. Este tipo de residuos se elimina en un contenedor azul, con características similares a las del contenedor negro de los residuos sanitarios de clase 3, pero rotulados con la leyenda: ‘Material contaminado químicamente. Citostáticos’.

Podríamos completar la clasificación de residuos sanitarios con los del Grupo V, que son otros residuos peligrosos como: residuos de laboratorio, amalgamas odontológicas, piezas anatómicas, envases contaminados, reactivos, aceites minerales, tubos fluorescentes, baterías, etc.

Normas y protocolos para una correcta gestión de residuos sanitarios

La regulación sobre la gestión y clasificación de residuos sanitarios corresponde a las comunidades autónomas. No obstante, España debe regirse por la normativa europea, lo que significa que podemos encontrar distintas leyes regionales, estatales y comunitarias que regulan la clasificación y la gestión de los residuos sanitarios.

En España no existe una normativa concreta a nivel estatal, pero, aunque en cada comunidad autónoma hay una legislación específica (y, por tanto, podemos encontrar normativas diferentes), se aplica el régimen general de las siguientes leyes:

A nivel europeo existen también otras normativas, entre las que podemos señalar:

  • Directiva 1994/62/CE sobre envases y residuos de envases.
  • Directiva 1996/61/CE relativa a la prevención y control integrado de la contaminación.
  • Directiva 1999/31/CE relativa al vertido de residuos.
  • Directiva 2000/76/CE relativa a la incineración de residuos.
  • Decisión 2000/532/CE (posteriormente modificada por las Decisiones de la Comisión, 2001/118/CE, 1001/119 y la Decisión del Consejo 2001/573) sobre la Lista Europea de Residuos, que recoge en su capítulo 18 los diversos tipos de residuos sanitarios clasificados.
  • Reglamento 1013/2006 relativo al traslado de residuos.
  • Directiva 2008/98/CE sobre residuos peligrosos.

Realizar una correcta gestión y clasificación de los residuos sanitarios es esencial para minimizar los posibles riesgos de este tipo de residuos.

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