Los Códigos LER de los Residuos
Para hacer una gestión más sostenible y eficiente, la Unión Europea creó en el año 2002 los códigos LER (Lista Europea de Residuos). Este conjunto de cifras tiene como objetivo principal la correcta división de los residuos para que en todo el proceso el manipulador sea consciente de que nivel de contaminación, por ejemplo, tiene cada uno de los residuos o para su posterior clasificación, reutilización y reciclaje.
El productor se encarga de catalogar el residuo con un código de seis cifras. Las dos primeras indican la función que realiza, las restantes forman parte de la subdivisión.
Si bien hay que decir que hay excepciones que a continuación también mencionaremos y que es importante destacar, los códigos LER facilitan la clasificación de todos los residuos para su posterior reciclaje.
Definición y significado de los códigos LER
Como hemos comentado antes, los códigos LER (Lista Europea de Residuos) son un sistema de clasificación armonizado que se utiliza en toda la Unión Europea para identificar los diferentes tipos de residuos. Este sistema es fundamental para garantizar una gestión eficaz y responsable de los residuos, ya que permite identificar de forma precisa el origen de cada residuo, además de clasificarlos según su composición y peligrosidad.
Con esto se consigue una gestión más adecuada, minimizando el impacto ambiental y los posibles riesgos para la salud pública.
De forma general la determinación de si un residuo es peligroso o no se lleva a cabo de acuerdo con su descripción en la Lista Europea de Residuos (LER), en esa lista cada residuo aparece identificado con un código.
Para determinar si un residuo es peligroso o no, se debe consultar su código LER en la lista. Allí, los residuos aparecen identificados con un código:
Si aparece sin un asterisco, significa que es un residuo no peligroso. Por el contrario, si aparece con un asterisco (*), estamos ante un residuo peligroso.
En algunos casos, un residuo puede tener dos códigos LER: uno con asterisco (*) y otro sin él, estos reciben el nombre de códigos espejo. Para determinar si un residuo con código espejo es peligroso, se debe realizar un análisis para identificar las características de peligrosidad.
Las características de peligrosidad se definen en la normativa y se basan en las propiedades del residuo, como su inflamabilidad, toxicidad o capacidad de corrosión. Si un residuo presenta alguna de estas características, se puede considerar peligroso.
Pasos para determinar la peligrosidad de un residuo
Siguiendo este listado, podemos comprobar la peligrosidad de un residuo.
- Primero identificar el código LER del residuo en la Lista Europea de Residuos.
- Posteriormente, comprobar si el código LER tiene un asterisco (*):
- Si no tiene asterisco, el residuo no es peligroso.
- Si tiene asterisco, el residuo puede ser peligroso.
- Si el residuo tiene un código espejo, realizar un análisis para identificar las características de peligrosidad.
- Si el residuo presenta alguna característica de peligrosidad, se considera peligroso.
- Si el residuo no presenta ninguna característica de peligrosidad, se considera no peligroso.
Es importante recordar que la clasificación de los residuos es un proceso complejo y que se deben seguir las directrices y normativas específicas de cada país.
Tipos de residuos LER
En total se contabilizan 20 categorías, para su buena clasificación lo primero que se ha de realizar es la lectura de los apartados comprendidos del 01-12 y del 17 al 20, estos códigos de residuos son los denominados principales, cada uno contiene subdivisiones para especificar en precisión cada uno de los elementos.
No es lo mismo clasificar una prenda de ropa con tratamientos físico y químicos, como la agregación de tintas que contienen sustancias especiales para una determinada profesión que una creada para su uso cotidiano.
Los apartados 13, 14, 15 y 16 están destinados a recoger residuos especiales. Estos no pueden encajar dentro de los parámetros normales. Se trata de excepciones dentro de alguno de los anteriores.
El número 13 se designa para clasificar los residuos de aceites y combustibles líquidos. Estos residuos no se pueden incluir en los apartados 05, 12 y 19. Lo mismo pasa con el apartado 14, en cambio, hay que hacer especial mención al 15, pues este en especial recoge residuos que se han recogido específicamente para ello.
Si hay residuos distintos de los especificados, deben ir dentro del 16. Si tampoco pueden asociarse a este apartado, se asignará el número 99. Esta última opción solo se usará para esta función, ya que no puede asociarse a ningún otro apartado.
¿Y si el residuo es considerado peligroso?
Es importante clasificar los elementos en diferentes categorías. Para ello, hay que determinar si se considera el elemento como un residuo peligroso o no peligroso.
La importancia de esta división radica en que contienen sustancias peligrosas que, como hemos explicado antes, pueden variar la catalogación de un subapartado a otro.
La manera para detectar que el residuo en sí es considerado de alta peligrosidad es a través de un asterisco, al final de los números especificados en el código se deberá añadir (*) para su detección.
Como ejemplo, si seleccionamos el código 08 03 12*, este cataloga residuos de tintas que contienen sustancias peligrosas, en el caso de que nos encontremos ante residuos de tintas distintas, simplemente cambiaremos nuestro código al 08 03 13 de residuos.
Los expertos supervisarán y clasificarán los residuos. Realizarán pruebas específicas sobre ellos. Luego, determinarán el resultado para certificar que pertenecen al grupo de residuos peligrosos.
¿Por qué son tan importantes los códigos LER?
Los códigos LER tienen una gran importancia en la vida útil de un residuo. Estas cifras nos permiten tener una lista detallada de los desechos generados diariamente.
Gracias a las listas que proporciona la Unión Europea y los gobiernos estatales, los ciudadanos podemos consultar fácilmente todos y cada uno de los códigos que actualmente se utilizan.
Sin ellos, la cadena de reciclaje se resentiría, pues son los responsables de agilizar este proceso. Al no haber clasificación, los residuos municipales y los residuos domésticos se unirían con aquellos que necesitan un proceso de reciclaje en especial.
Una correcta clasificación de los residuos permite minimizar la contaminación y los riesgos ambientales asociados a la gestión inadecuada de los mismos, a la vez que reduce los riesgos para la salud humana derivados del contacto con residuos peligrosos o mal gestionados.
Aplicación práctica de los códigos LER
Más allá de la teoría y la legislación, los códigos LER tienen gran importancia en varios sectores para su correcto funcionamiento.
Un ejemplo puede ser un hospital, la clasificación y codificación de los residuos LER es un proceso crucial para garantizar la seguridad del personal, la protección del medioambiente y el cumplimiento de la normativa.
Algunos ejemplos de residuos y códigos usados en un hospital pueden ser:
- Restos anatómicos y órganos, incluidos bolsas y bancos de sangre (excepto los del código 19 01 03).18 01 02
- Residuos cuya recogida y eliminación tiene requisitos especiales para prevenir infecciones. 18 01 03*
- Residuos cuya recogida y eliminación no es objeto de requisitos especiales para prevenir infecciones (por ejemplo, vendajes, vaciados de yeso, ropa blanca, ropa desechable, pañales). 18 01 04
- Residuos de amalgamas procedentes de cuidados dentales.18 01 10* (https://asegre.com/ler-listado-europeo-de-residuos-oficial/).
- El hospital debe clasificar y codificar los residuos sanitarios que genera, como los residuos biológicos, los residuos químicos y los residuos farmacéuticos.
- Otro ejemplo de aplicación podría ser una constructora, la cual puede gestionar residuos de madera, metálicos o escombros de demoliciones.
Implicaciones legales y responsabilidades ambientales
La gestión eficaz de los residuos LER además de ser una cuestión de responsabilidad ambiental, también tiene implicaciones legales para las empresas o las organizaciones que los generan.
Existe una amplia normativa que regula la gestión de residuos LER a nivel nacional, europeo e internacional. Algunas de las principales leyes y normas son:
- Ley de Residuos y Suelos Contaminados (España). Esta ley establece el marco legal para la gestión de residuos en España, incluyendo la clasificación, almacenamiento, transporte, tratamiento y eliminación de los residuos LER.
- Directiva Marco de Residuos (UE). Esta directiva establece los principios generales para la gestión de residuos en la Unión Europea, incluyendo la prevención, la reutilización, el reciclaje y la valorización de los residuos.
- Reglamento sobre la Lista Europea de Residuos (UE). Este reglamento establece la lista completa de códigos LER y sus características.
Los generadores de residuos son los responsables de su correcta gestión, esta responsabilidad comienza en su generación e incluye su eliminación final. Es decir, abarca la correcta clasificación y almacenaje seguro, su transporte y tratamiento o eliminación de forma segura y el cumplimiento de la normativa en todo el proceso.
Las sanciones por la incorrecta clasificación de residuos pueden variar dependiendo de la gravedad y la legislación aplicable. En los casos más graves puede conllevar el cierre temporal o definitivo de la actividad.
El tratamiento responsable de los residuos LER es fundamental para proteger el medioambiente y la salud pública. Los residuos mal gestionados pueden contaminar el suelo, el agua y el aire, y suponen un riesgo para la salud de las personas y los ecosistemas.
Desafíos y oportunidades futuras en la implementación de los códigos LER
Gestionar los residuos puede presentar algunos retos, como pueden ser la gran cantidad de códigos LER y la complejidad de la normativa, que pueden dificultar la correcta clasificación de los residuos. La necesidad de formación del personal y el elevado coste del tratamiento de algunos residuos, son otros de los desafíos más habituales.
Para reducir estos desafíos se desarrollan sistemas de gestión específicos para cada empresa. También se puede recurrir a la contratación de terceras empresas especializadas en gestión de residuos.
La formación del personal, la implantación de sistemas de trazabilidad y las inversiones en tecnologías de tratamiento o eliminación de residuos, son puntos claves para conseguir una gestión exitosa
Para superar estos retos, se pueden implementar soluciones como el desarrollo de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y el blockchain, que ayudan a automatizar la clasificación de residuos, facilitar la trazabilidad y mejorar la gestión del sistema LER.
A pesar de los desafíos existentes, las nuevas tecnologías, la formación y la concienciación ambiental son factores que impulsarán la mejora del sistema LER en el futuro.
Es importante aportar nuestro granito de arena al proceso. Ayudando a clasificar los residuos en los contenedores asignados. De esta manera, contribuimos a que la rueda del reciclaje siga funcionando.