Cómo es el proceso de reciclaje
El viaje de los residuos comienza en casa, en nuestros cubos de basura. Separamos el papel y cartón, el plástico, el vidrio, los residuos orgánicos… y llega el momento de depositarlos en los contenedores. Ahí arranca el proceso de reciclaje.
Los residuos hacen varias paradas antes de convertirse en nueva materia prima:
- Origen
- Recuperación
- Planta de transferencia
- Planta de clasificación
- Reciclador final
El proceso de reciclaje
El origen de los residuos está en los productos que consumimos. Una vez lo hacemos, el envase deja de cumplir su función, acaba su vida útil, y llega el momento de recuperarlo. Así podrá ser reciclado, de manera que se ahorren recursos y contribuyamos al cuidado del medio ambiente.
Primeros pasos
La recuperación de residuos empieza con la recogida. Ecoembes colabora con las administraciones locales y autonómicas para hacer posible esta fase del proceso, en la que participan todos los ciudadanos. Más de 47 millones de españoles tienen acceso a los contenedores de reciclado donde deben depositar la basura, separada según sus características.
En total, existen 383.974 contenedores amarillos para envases de plástico, latas y briks, y 217.170 contenedores azules, para envases de papel y cartón, a disposición de la población. Después los ayuntamientos son los encargados de recoger todos los residuos y llevarlos a las plantas de selección.
Las plantas de transferencia
Antes de llegar al proceso de selección, las plantas de transferencia intervienen en el traslado. Se trata de plantas que hacen acopio de residuos para reunir la mayor cantidad posible y aprovechar el transporte sin hacer viajes con poca cantidad de basura. Por ejemplo, las plantas de tratamiento de papel y cartón prensan grandes cantidades de estos materiales y las convierten en cubos para luego llevarlas al siguiente destino. Esto ayuda a reducir los costes de transporte. Se trata de una parada que no siempre forma parte del proceso.
El proceso de clasificación y los últimos pasos
Al mismo tiempo que se traslada la basura, se realiza un proceso de clasificación, para poder separar los distintos residuos y clasificarlos según sus características. Por ejemplo, el papel y el cartón que se depositan en el contenedor azul son muy fáciles de clasificar. Pero en el contenedor amarillo encontramos muchos envases de distintos tipos que también hace falta separar para poder reciclarlos de manera correcta: envases de plástico, envases metálicos y briks. Antes de enviarlos a los recicladores, estos residuos deben clasificarse.
En España hay 95 plantas de selección, de las que 61 son automatizadas. Están repartidas por toda la geografía española y se encargan de separar los envases ligeros en, al menos, tres fracciones: metales (acero y aluminio), plásticos (PET, PEAD, Film y Plástico Mezcla) y briks. Un ejemplo de plástico PET es la botella de agua; de metal podemos destacar una lata de conservas y de Plástico Mezcla una bolsa de patatas fritas.
Finalmente, una vez clasificada, la basura se dirige a la última parada del proceso: los recicladores. Allí se convertirá, de nuevo, en materia prima que se empleará para crear productos nuevos, cerrando el ciclo de la economía circular, reduciendo el impacto ambiental y ahorrando recursos.