Dónde tirar la cera de una vela

Llega la hora de la cena o de leer tranquilamente y enciendes algunas velas para amenizar la estancia y que sea relajante… pero ¿qué hacemos con los restos que quedan cuando se ha consumido toda la cera?

Los restos de cera deben depositarse en el contenedor gris, siempre que sea posible, separados del envase que lo contiene. Dicho envase deberá depositarse en el contenedor correspondiente dependiendo del material del que esté hecho. No obstante, dar una segunda vida a las velas usadas es muy sencillo y útil.

De qué están hechas las velas

Existen velas de muchos aromas, formas, colores y composiciones, pero siempre tienen una mecha que va por dentro de una barra de combustible sólido. Ese combustible puede ser cera, grasa o parafina, que es lo más común actualmente.

La historia de la vela empieza en la época de los romanos, cuando se empezaron a encender velas de sebo. Posteriormente se utilizó grasa de muchos animales, siendo, presuntamente, los chinos los que introdujeron por primera vez la cera de abeja para fabricar estos objetos. Sin embargo, las velas más antiguas hechas con cera se encontraron en Europa.

La cera de abejas se descubrió como una sustancia ideal para este fin dado que no desprende los desagradables olores que sí surgen de las grasas animales. No obstante, durante mucho tiempo solo las personas con gran poder adquisitivo podían permitirse su uso ya que era un material caro. Con el paso del tiempo, y, sobre todo, con la llegada de la industrialización, se empezaron a emplear materiales más baratos que permitían la fabricación masiva. Así se empezó a usar la parafina, el material que sigue siendo el más utilizado a día de hoy.

La cera de parafina es el material sintético más similar a la que fabrican las abejas. Se trata de un aceite que proviene del carbón y el petróleo. A menudo se modifican sus características para crear velas con distintas propiedades. Además, se añaden aromas, colorantes y otros elementos para satisfacer las necesidades de un amplio abanico de consumidores.

En los últimos años, han surgido alternativas más sostenibles como las velas de cera de soja y velas de cera de coco, que son biodegradables y no producen humo tóxico al quemarse. Estas opciones han ganado popularidad entre los consumidores conscientes del medioambiente, ya que ofrecen una combustión más limpia y están libres de sustancias derivadas del petróleo.

Dónde tirar los restos de vela

Por lo tanto, los restos de cera que quedan al consumir una vela no deben tirarse a la basura y mezclarse con otros residuos, sino que deben depositarse en el contenedor gris o llevarlos a un punto limpio para su correcta gestión.

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Por otro lado, la cera restante al quemar una vela puede reutilizarse para formar una nueva. Tan solo necesitamos una mecha encerada nueva, la cera derretida y un molde con la forma que queramos dar a la nueva vela. ¡Puedes personalizarla a tu gusto!

Otra opción es utilizar la cera restante para crear velas aromáticas caseras. Puedes añadir aceites esenciales o especias para darles un toque especial y hacer que tu hogar huela delicioso. Además, esta es una excelente manera de reducir el desperdicio y crear algo único y personal.

Es importante mencionar que algunas empresas han comenzado a ofrecer programas de reciclaje de velas, donde los consumidores pueden devolver los restos de velas usadas para su reciclaje. Esto ayuda a minimizar el impacto ambiental y fomenta un enfoque más sostenible en el consumo de velas.

Innovaciones en el mundo de las velas

En los últimos años, el mundo de las velas ha experimentado una serie de innovaciones y tendencias sostenibles que buscan reducir el impacto ambiental y mejorar la experiencia del usuario. Algunas de estas innovaciones incluyen:

  • Velas recargables: Estas velas están diseñadas para ser reutilizadas una y otra vez. En lugar de desechar todo el envase, simplemente recargas la vela con cera nueva y una nueva mecha. Esta opción reduce significativamente el desperdicio de envases.
  • Velas de cera vegetal: Estas velas están hechas de cera de soja, cera de coco u otros materiales vegetales. Son biodegradables, no emiten humo tóxico y son una alternativa más ecológica a las velas de parafina.
  • Velas LED: Aunque no son velas en el sentido tradicional, las velas LED ofrecen una opción segura y duradera para aquellos que buscan una iluminación ambiental sin el riesgo de incendio o la producción de residuos de cera.
  • Velas perfumadas personalizadas: Algunos fabricantes ofrecen la opción de personalizar el aroma y la apariencia de las velas, lo que permite a los consumidores crear productos únicos que se adapten a sus gustos y preferencias.

Estas innovaciones no solo mejoran la experiencia del usuario, sino que también promueven prácticas más sostenibles en la producción y el uso de velas.

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