Ecosistemas marinos: ¿qué hay en el fondo del mar?

ecosistemas marinos

Los ecosistemas marinos son conjuntos complejos de organismos que habitan e interactúan con un entorno acuático de agua salada. Abarcan una amplia variedad de hábitats -desde océanos a arrecifes de coral- e incluyen una gran variedad de seres vivos -desde pequeñas bacterias a grandes mamíferos como ballenas, delfines y tiburones-.

Existen numerosos tipos de ecosistemas marinos, pues no solo son los que se encuentran en agua salada, sino también cerca de esta. Por tanto, podemos hablar de ecosistemas marinos como una playa arenosa, una costa rocosa, una marisma salada, un arrecife de coral, un bosque de algas, un respiradero hidrotermal o las aguas profundas.

Su papel es esencial en la conservación de la biodiversidad marina y son vitales para la supervivencia de numerosas especies, a las que ofrecen refugio, alimentación y reproducción, ya que cuentan con las condiciones adecuadas para que muchas especies crezcan y se desarrollen. De ahí la importancia de protegerlos.

Importancia de los ecosistemas marinos para el medio ambiente

La biodiversidad y los ecosistemas marinos mantienen la salud del planeta y sostienen el bienestar social, según un artículo de las Naciones Unidas. Sectores como la pesca o la acuicultura son una fuente de ingresos para cientos de millones de personas, por lo que los ecosistemas marinos son una fuente vital de recursos naturales. Muchas comunidades costeras dependen de la pesca y la acuicultura para su sustento. 

Sin ellos, se perdería el medio de vida de muchas personas. Pero, además, los ecosistemas marinos también proporcionan numerosos servicios a las comunidades costeras de todo el mundo: fuente de alimento, agua limpia, protección contra la erosión… En definitiva, son esenciales para el desarrollo sostenible.

Y, aunque menos conocidos, los ecosistemas marinos también ofrecen otros beneficios como:

  • Son una fuente de nuevas medicinas, ya que muchos organismos -algas, hongos, plancton, etc.- contienen compuestos bioactivos que sirven para fabricar medicamentos gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, antivíricas, antifúngicas o anticancerígenas.
  • Nos proporcionan alimentos saludables, ya que los pescados tienen proteína de alto valor biológico y son una de las mayores fuentes de ácidos grasos, omega-3, vitamina D y minerales. Estos nutrientes ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, degenerativas y algunos tipos de cáncer, que son la primera causa de mortalidad en los países desarrollados.
  • Son la base de muchas economías, pues numerosas poblaciones viven del turismo. Prevenir el cambio climático y promover el turismo sostenible es clave para que nuestras costas no desaparezcan.
  • Los océanos son el pulmón de la Tierra, ya que en ellos se produce más oxígeno que en el Amazonas.
  • Y también son positivos sobre nuestra salud física y mental, pues habitualmente practicamos deportes acuáticos en estos entornos (natación, surf, etc.) y realizamos actividades de ocio como navegar que contribuyen a nuestro bienestar y relajación.

Por todo ello, la conservación de los ecosistemas marinos es crucial, ya que afecta a innumerables ámbitos y asegura que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando también de sus beneficios, así como de su biodiversidad y belleza.

Amenazas de los ecosistemas marinos

Los ecosistemas marinos son vitales para nuestra supervivencia, pero se enfrentan a serias amenazas que pueden causar daños irreversibles en ellos si no se actúa a tiempo. ¿Cuáles son las principales amenazas de los ecosistemas marinos?

  1. La sobrepesca reduce drásticamente las poblaciones de peces y altera el equilibrio trófico. La pesca insostenible es una de las mayores amenazas de los océanos, que se encuentran en una situación crítica, pues el 35% de los recursos pesqueros mundiales está sobreexplotado, según datos de Greenpeace.
  2. La contaminación marina, que puede ser de distintos tipos. Por un lado, el vertido de residuos que provoca daños a los animales del fondo marino. También la contaminación química derivada de las aguas residuales, pesticidas o metales pesados. Y el vertido de hidrocarburos por derrames de petróleo y combustibles, que afectan a la calidad del agua y a la vida marina. Además de la contaminación acústica que provocan el tráfico marítimo y la exploración sísmica, afectando a cetáceos y otras especies sensibles.
  3. El cambio climático provoca el aumento de la temperatura del mar y altera las corrientes oceánicas. Además, los océanos absorben cada año casi el 25% de las emisiones de dióxido de carbono generadas por la actividad humana, pero llegará un momento en el que se saturen y no tengan capacidad para absorber los gases de efecto invernadero.
  4. La destrucción de los hábitats marinos debido al exceso de pavimentación de la costa o al inadecuado tratamiento de las aguas residuales, entre otras causas. Hablamos de entornos como manglares, praderas marinas o arrecifes de coral. De hecho, según la información del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, se ha perdido en torno al 20% de los arrecifes de coral y otro 20% se ha degradado.

Además, podríamos señalar otras amenazas para los ecosistemas marinos como la acidificación de los océanos, la introducción de especies invasoras o el turismo no regulado.

Animales de las profundidades marinas

Peces abisales, calamares gigantes, medusas luminiscentes o extraños crustáceos adaptados a la oscuridad y la alta presión son algunas de las especies que podemos encontrar en las zonas marinas más profundas. Estos animales de las profundidades marinas son aún desconocidos para la ciencia y forman parte de ecosistemas frágiles que cumplen funciones esenciales, como el equilibrio de las cadenas alimenticias o el reciclaje de nutrientes.

Proteger estos ecosistemas marinos de las zonas más profundas es vital, ya que su desaparición podría alterar irreversiblemente el océano y, en consecuencia, la vida en la Tierra.

Los animales del fondo marino se enfrentan a grandes amenazas como las que ya hemos visto en el apartado anterior, las cuales ponen en riesgo su supervivencia. Cuidar los ecosistemas marinos del fondo del mar no solo protege a estas especies misteriosas sino también el equilibrio global del planeta.

Cómo proteger los ecosistemas marinos

Como señala de nuevo el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, la protección de los ecosistemas marinos es crucial para la salud de nuestro planeta. En muchos casos, las brechas existentes en la gobernanza mundial de los ecosistemas marinos son las responsables de las amenazas que estos sufren. Por eso, ante la falta de legislación efectiva, no es necesario pertenecer a una organización ambiental para contribuir al cuidado de los ecosistemas marinos. ¿Qué podemos hacer para protegerlos?

  • Cambiar nuestros hábitos de consumo. Reducir el consumo energético en el hogar, reducir el uso del vehículo particular y apostar por el transporte público o reducir los residuos que generamos  son formas de disminuir el impacto negativo que nuestra actividad diaria tiene para la biodiversidad marina, ya que mitigar los efectos del cambio climático a través de la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero es clave para la sostenibilidad.
  • Mantener limpios los océanos. No contaminar las playas abandonando basuraleza es una acción sencilla que contribuye a la conservación de los ecosistemas marinos. Participar en programas de limpieza de estos entornos, como los que organiza el Proyecto LIBERA, es otra iniciativa a la que podemos sumarnos y que, en familia, ayuda a concienciar también a los más pequeños de la importancia de proteger el mar y a las especies marinas.

Toda acción individual o colectiva que sirva para reducir las amenazas que ponen en peligro los ecosistemas marinos es bienvenida.

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