Cómo eliminar los residuos nucleares
La energía nuclear es una manera rápida y eficiente de generar electricidad. Su impacto ambiental resulta del ciclo del combustible nuclear, la operación de las centrales nucleares y los efectos de los accidentes nucleares. En España se producen dos tipos de residuos radiactivos: de actividad baja/media y los de alta actividad, representando los primeros cerca del 90% del total.
Los residuos de actividad baja o media tienen una vida relativamente corta y no generan calor, ya que en su mayoría es basura formada por material de operación (guantes, trapos, recipientes, filtros, resinas, etc.). Suelen ser residuos procedentes de hospitales, donde se realizan pruebas radiológicas, o del desmantelamiento de centrales nucleares.
Los residuos de alta actividad son los más conflictivos porque su radioactividad está por encima de los límites definidos como seguros. Son materiales sólidos o combustible utilizado por las centrales. Suelen desprender calor y radiación que va disminuyendo con el tiempo.
¿Cómo se eliminan los residuos nucleares que se generan?
Según el Comité de Manejo de Desechos Radioactivos (CoRWM en sus siglas en inglés) la mejor solución «en términos de seguridad y protección al público y el medio ambiente», es enterrarlos.
Para poder enterrarlos, lo ideal es depositar los residuos nucleares dentro de contenedores muy resistentes que los aíslen completamente. El CoRWM indica en sus recomendaciones que la «eliminación geológica» es la mejor forma de gestionar este tipo de basura. ¿En qué consiste ese proceso? Se trata de almacenar los residuos en bidones de hormigón, cuando aún estén en las centrales nucleares, y transportarlos luego para enterrarlos en minas de hasta un kilómetro de profundidad. Es importante recordar varias cosas: debe ser en zonas de baja actividad sísmica para evitar posibles fugas y teniendo en cuenta que los residuos se están almacenando, no eliminando, y permanecerán enterrados durante muchos años.
En España existe un almacén de este tipo en El Cabril (Córdoba). Allí la mayoría de los residuos llegan en bidones que luego se almacenan en contenedores de hormigón que se van llenando y almacenando después en celdas. Las celdas se cierran con losas de hormigón armado, se impermeabilizan y se tapan con una cobertura de distintas capas drenantes e impermeabilizantes, además de una de tierra vegetal para su integración en el entorno. Este almacén tiene espacio para seguir acumulando residuos hasta 2030, más o menos.
¿Qué pasa con los residuos nucleares enterrados?
Muchos países optan por almacenar los residuos de esta manera, dejando que se enfríen y su nivel de radioactividad disminuya progresivamente. Se trata de un proceso con algunos riesgos pero relativamente seguro, ya que las zonas de enterramiento se preparan a conciencia y el transporte se hace de la manera más estable posible.
A partir del enterramiento empieza la fase de vigilancia y control, que dura entre 60 y 300 años, dependiendo del tipo de residuo.
Fuentes:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_4990000/4990338.stm
https://www.lavanguardia.com/natural/20170224/42208061371/residuos-nucleares.html