¿La esponja es reciclable?
¿Qué pasa cuando llega el final de la vida útil de los estropajos o esponjas que utilizamos para limpiar los platos? En muchas casas, el lavavajillas no es un elemento diario, y se opta por fregar los platos de la manera más clásica.
Las esponjas, generalmente, están compuestas de fibras sintéticas como espuma de poliuretano o goma espuma, materiales porosos hechos de fibras plásticas. Sus características, además de la humedad a la que están constantemente expuestas, hacen que puedan convertirse en el caldo de cultivo perfecto para numerosas bacterias.
Las esponjas no son reciclables
Por ese motivo, las esponjas no son reciclables. Deben tirarse en el contenedor para restos, aunque lo más recomendable es limitar su uso ya que este objeto no podrá ser transformado en material nuevo. Es importante recordar que los envases en los que se almacenan deberán ir al contenedor adecuado: al azul si son de papel y cartón o al contenedor amarillo si son envases de plástico.
¿Cómo mantener limpias las esponjas?
Lo más recomendable para mantener la higiene de las esponjas es limpiarlas con frecuencia, retirando todos los restos de productos de limpieza, así como las partículas de comida o grasa que provengan de la absorción de aceites. Además, se deben mantener en lugares secos cuando no se utilicen, nunca dejando la esponja metida en agua.
Algunas soluciones son meter la esponja en el lavavajillas, sumergirlas ocasionalmente en agua con vinagre o meterlas en agua caliente para desinfectarlas.
Alternativas sostenibles para las esponjas
La alternativa que más se asemeja a las esponjas tradicionales son las esponjas vegetales sostenibles. Son iguales que las que están hechas de plástico, pero duran más y, además, son reciclables: ¡puedes transformarse en compost! Están hechas de fibras vegetales, por lo que no suponen un peligro para el medio ambiente. El secreto para alargar su vida es hervirlas en agua caliente para desinfectarlas.
Detergente sostenible
Además de las esponjas, los jabones que empleamos a menudo no son respetuosos con el medio ambiente. Suelen estar compuestos por sustancias químicas y los envases, que debemos depositar en el contenedor amarillo, pueden también contener elementos poco sostenibles. La mejor solución es emplear jabones ecológicos en barra, para limitar el uso de envases y químicos. Además, este tipo de jabón es más duradero ya que los jabones líquidos, normalmente, invitan a utilizar más de lo necesario y nos hacen comprar nuevos envases demasiado a menudo.
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Fuentes: