Ley de Economía Circular 2025

La Unión Europea prepara una nueva Ley de Economía Circular para 2026, más ambiciosa que la que hay en vigencia, para acelerar la transición hacia un modelo más sostenible. La nueva legislación tiene por objetivo fomentar el reciclaje, reducir la generación de residuos y mejorar la eficiencia energética.
Para ello, la futura normativa que se prepara ya este 2025 contempla medidas para reducir la carga administrativa, minimizar las obligaciones de documentación o digitalizar y simplificar los procesos, con el fin de facilitar la implicación de las empresas.
¿Qué es la economía circular?
Para comprender la nueva legislación, es importante saber qué es la economía circular. Se trata, según recoge el Parlamento Europeo, de “un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido”.
Este sistema permite prolongar el ciclo de vida de los productos y reducir los residuos al mínimo, en contraposición con el modelo económico lineal tradicional, que se basa en la idea de ‘usar y tirar’.
Ley de economía circular en España
La actual Ley de Economía Circular europea está vigente desde 2020, pero la UE quiere conseguir una economía circular y climáticamente neutra para 2050, lo que obliga a tomar nuevas medidas para reducir residuos y fabricar productos más sostenibles. La nueva normativa hace hincapié en el diseño sostenible, el empaquetado, el lavado verde (greenwashing), el derecho a reparar o la gestión de los residuos, entre otros aspectos.
La Ley de Economía Circular en España que se aplica actualmente es la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. No obstante, en nuestro país se ha impulsado la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), que sienta las bases para impulsar este nuevo modelo de producción y consumo de cara a 2030.
Esta visión a largo plazo incluye diferentes planes de acción que permitirán realizar los ajustes necesarios para completar la transición en el plazo previsto. Los objetivos que se marca el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico son:
- Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB.
- Reducir la generación de residuos un 15%.
- Reducir la generación de alimentos en toda la cadena alimentaria: 50% de reducción per cápita en los hogares y en el consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año 2020.
- Incrementar la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.
- Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Todo ello, tomando como referencia el año 2010, y con seis sectores como foco principal: construcción, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, turismo y textil y confección.
Impacto de la Ley de Economía Circular
La Unión Europea cifra en más de 2.100 millones de toneladas la cantidad de residuos que genera en un año. Además, de media, cada ciudadano europeo genera cerca de 190 kg de residuos de envases anuales, un problema cada vez mayor. Por eso, la nueva Ley de Economía Circular comunitaria pretende promover un cambio hacia un modelo más sostenible y atajar el exceso de envases, mejorando su diseño para fomentar la reutilización y el reciclado.
Tal y como se recoge en la Ley 1/2024, de 17 de abril, de Economía Circular de la Comunidad de Madrid, “la economía circular surge como una de las piedras angulares del crecimiento económico, configurándose no sólo como una solución a los retos medioambientales, sino como un modelo económico orientado a conjugar la eficiencia económica con la sostenibilidad medioambiental, optimizando los recursos, extendiendo la vida útil de los productos, reduciendo el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía, e impulsando una industria innovadora, competitiva y sostenible”.
La UE trabaja en medidas para incentivar el reciclaje y la reutilización, por lo que se esperan diferentes normativas a nivel local y europeo en materia de economía circular que serán de obligada aplicación. Por ejemplo:
- El Real Decreto de Envases y Residuos de Envases.
- El Reglamento de Envases de la UE.
- El Reglamento de Ecodiseño.
- El Real Decreto sobre la Huella de Carbono.
- El Real Decreto sobre la Gestión de Residuos Textiles y de Calzado.
- El Real Decreto sobre la Gestión de Residuos de Artes de Pesca que Contienen Plástico.
Son solo algunos ejemplos de nuevas normativas que obligarán a modificar sustancialmente la operativa de las empresas, especialmente en ciertos sectores.
Beneficios para el medioambiente
El cambio hacia una economía circular es una responsabilidad de todos para proteger el medio ambiente y reducir la dependencia de materias primas, pero también para crear empleo y ahorrar dinero a los consumidores.
Desde el punto de vista ambiental, la economía circular aporta numerosas ventajas:
- La reutilización y el reciclaje reducen el uso de recursos naturales, ayudando a limitar la pérdida de biodiversidad.
- Se reducen las emisiones de gases con efecto invernadero.
- Al crear productos más eficientes y sostenibles, se reduce el consumo de energía y recursos.
- Se reduce la producción de residuos, ya que se amplía el ciclo de vida de los productos y se eliminan materiales innecesarios.
- Prácticas como el compostaje, la reforestación o la agricultura regenerativa ayudan a restaurar la salud medioambiental, es decir, a regenerar los ecosistemas.
- Aumenta la eficiencia de los materiales a través de la mejora del diseño y de la aplicación de sistemas más inteligentes.
Además, el uso de materias primas recicladas reduce los riesgos asociados al suministro debido a la escasez de recursos, como pueden ser la volatilidad de los precios, la disponibilidad o la dependencia de las importaciones.
Por otro lado, la Unión Europea también hace hincapié en los beneficios económicos de apostar por la economía circular. La transición hacia un nuevo modelo sostenible aumentaría la competitividad, estimularía la innovación, impulsaría el crecimiento económico y crearía empleo; y permitiría a los consumidores un ahorro a largo plazo porque contarán con productos más duraderos.
Y cabe señalar que la economía circular también conlleva interesantes beneficios sociales, pues mejora la calidad de vida (reducción de la contaminación, mejor gestión de los residuos, etc.) y contribuye a empoderar a las comunidades locales, creando nuevas oportunidades económicas.
Papel de la ciudadanía en la economía circular
¿Qué podemos hacer nosotros por la economía circular? Las nuevas normativas como la Ley de Economía Circular obligan a las empresas a aplicar un modelo de negocio más sostenible pero la implicación de todos es clave para lograr la eficiencia del nuevo sistema.
Comprar productos electrónicos reacondicionados, recurrir a servicios de alquiler de ropa o reciclar envases en casa son gestos que benefician al medio ambiente pero que también nos permiten acceder a productos más asequibles y duraderos, y que todos podemos adquirir fácilmente.
Cambiar la mentalidad de consumo es esencial para lograr un modelo más sostenible y eficiente. Hacer un consumo responsable o separar correctamente los residuos para su reciclaje son comportamientos que todos debemos aplicar para contribuir al impulso de la economía circular. Nuestra implicación es crucial para alcanzar un futuro más sostenible.