La fitorremediación es una técnica que utiliza plantas y microorganismos para restaurar suelos contaminados. Este método aprovecha los procesos naturales de las plantas y los microorganismos asociados a sus raíces para descomponer o inmovilizar contaminantes. Aunque uno de los usos más habituales de la fitorremediación es eliminar contaminantes del medioambiente, también se puede utilizar la capacidad de las plantas para limpiar suelos con su función natural de colonizar y estabilizar terrenos, convirtiendo a la fitorremediación en una estrategia idónea para la revegetación de áreas degradadas.
La criticidad de estos minerales radica en la combinación de factores como su escasez geológica, la concentración geográfica de su producción, la complejidad de su extracción y procesamiento, y su incesante demanda. Esta combinación de factores genera una vulnerabilidad en la cadena de suministro, lo que podría tener consecuencias significativas para la economía global y el desarrollo sostenible. Entre los minerales considerados críticos, encontramos algunos como el litio, el cobalto, las tierras raras, el grafito, el indio, zinc o el platino. Estos minerales son componentes esenciales en la fabricación de una amplia gama de productos tecnológicos, como baterías para vehículos eléctricos, teléfonos inteligentes, paneles solares, turbinas eólicas o equipos médicos.
En entornos médicos y laboratorios se generan residuos biológicos de diversas procedencias, ya que se manejan gran cantidad de productos y se llevan a cabo operaciones que conllevan la generación de unos residuos que, a menudo, son peligrosos para la salud y/o el medio ambiente.
La técnica de la biorremediación consiste en aprovechar la capacidad natural de determinados microorganismos para descomponer las sustancias contaminantes que contienen los residuos, convirtiéndolas en compuestos menos tóxicos o eliminándolas.
los biomarcadores son moléculas o estructuras biológicas que indican procesos biológicos o químicos específicos, que se añaden a los materiales durante su producción. Estos marcadores moleculares permiten identificar y clasificar los diferentes tipos de materiales, incluso cuando su apariencia física es similar.
Reciclar en la playa es una acción individual, que repercute de manera directa en el bienestar colectivo. Más allá de lo desagradable e incómodo que es estar en una playa llena de residuos y sus efectos contaminantes, reciclar contribuye positivamente en diversas áreas de este ecosistema. a, pero también un reflejo de nuestra responsabilidad con el medioambiente. El reciclaje en la playa es un acto fundamental para proteger la salud de nuestros mares.
El Real Decreto 1055/2022 marca un antes y un después en la gestión de envases y residuos en España, consolidando el compromiso con la economía circular. Esta normativa, alineada con los objetivos europeos, establece un marco legal exigente y ambicioso, incentivando la prevención, la reutilización y el reciclaje de los envases.
La extrusión de plástico es un proceso de manufactura que consiste en fundir y moldear termoplásticos, como pellets o gránulos, bajo presión a través de una matriz. Este método permite obtener productos de forma continua y en grandes cantidades, adaptándose a una amplia gama de aplicaciones, desde tuberías hasta perfiles para construcción.
Reutilizar es, según la RAE, “volver a utilizar algo, bien con la función que desempeñaba anteriormente o con otros fines”. Este concepto forma parte de las 3R del reciclaje: reducir, reutilizar y reciclar.
La fabricación de zapatos y sus componentes, como las plantillas, consume recursos naturales en su fabricación, genera emisiones de carbono y produce residuos. Pero no te preocupes, ¡hay esperanza! Las plantillas ortopédicas sostenibles están aquí para combatir esto.