Qué es la permacultura y cómo empezar a aplicarla

¿Qué es la permacultura? Se trata de un tipo de sistema de diseño agrícola con connotaciones sociales, políticas y económicas, que propone un estilo de vida sostenible que imita a los ecosistemas naturales. Su implantación ha llegado a grandes organismos internacionales porque se ha demostrado que es una opción eficaz para una agricultura sostenible. Y puede tener diferentes enfoques y aplicaciones, además de una amplia variedad de técnicas.
¿Qué es la permacultura?
Empecemos por definir qué es la permacultura: un sistema basado en diseñar una explotación agrícola de forma que respete el ecosistema natural. Este concepto incluye los términos en inglés de ‘permanent’ y ‘culture’, que son los que definen esta filosofía.
Este concepto surgió vinculado a la agricultura y tiene una visión integral, que no solo considera elementos aislados, sino la forma en que estos se relacionan entre sí.
La idea de permacultura surgió a mediados de los años 70 en Australia, impulsada por el biólogo Bill Mollison y su alumno David Holmgren, quienes en el libro ‘Permaculture One’ (1978) definieron este término como “el diseño consciente de paisajes que imitan los patrones y las relaciones de la naturaleza, mientras suministran alimento, fibras y energía abundantes para satisfacer las necesidades locales”.
La base de la permacultura está en la observación de la naturaleza y de los diversos ecosistemas, en los que unos seres vivos se benefician de otros, y el conjunto de todo ello garantiza el desarrollo, el equilibrio y la supervivencia. Por tanto, la permacultura se aplica imitando estos modelos para cultivar alimentos.
El pensamiento de Mollison y Holmgren se ha actualizado con el paso del tiempo y ahora se habla de ‘permanent culture’ (cultura permanente), pues se puede aplicar la permacultura a todos los niveles de nuestra vida, no solo a la agricultura.
¿Qué es la permacultura hoy en día? Hace referencia al conjunto de herramientas de toma de decisiones basado en sistemas naturales, con el fin de obtener soluciones regenerativas para cualquier reto. Su objetivo es reducir nuestro impacto ecológico o, como proponía el profesor de permacultura británico Patrick Whitefield, convertir nuestro impacto ecológico negativo en positivo.
¿Cuáles son los principios de la permacultura?
La permacultura es un sistema de diseño para una vida ecológica y sostenible, que integra plantas, animales, personas, comunidad y edificios, y que se centra en tres grandes principios éticos. ¿Cuáles son los principios de la permacultura?
- Cuidado de la tierra. Consiste en reconstruir el capital de la naturaleza. Implica la conservación de los sistemas naturales y cultivar de forma que no se agoten los recursos del suelo. Se tienen en cuenta todas las especies, más allá de su valor para las personas.
- Cuidado de las personas. Se trata del cuidado de nuestro ser, de nuestros parientes y la comunidad. Básicamente, se refiere al autocuidado y al cuidado de los demás, garantizando que todos los individuos puedan satisfacer sus necesidades básicas, respetando sus derechos, con ayuda mutua y considerando también los valores no materiales.
- Reparto justo. La idea es poner límites al consumo y la reproducción y redistribuir el excedente. Hace referencia a una gestión y distribución equitativa de los recursos entre personas y especies, limitando el consumo y redistribuyendo los excedentes a los ecosistemas y los residuos a la tierra para su regeneración. Debe haber una repartición justa entre personas y especies.
Además, Holmgren introdujo una docena de principios de diseño que son la base conceptual de la permacultura:
- Observar el entorno natural e interactuar para aprender cómo funcionan los ecosistemas.
- Captar y almacenar energía: aprovechar y utilizar de forma eficiente las fuentes de energía y los recursos, guardando el excedente en tiempos de abundancia.
- Obtener un rendimiento: asegurarse de obtener resultados productivos de los sistemas que uno establece.
- Aplicar la autorregulación y retroalimentación: diseñar sistemas capaces de regularse de forma autónoma y que evolucionen con el tiempo.
- Usar y valorar los servicios y recursos renovables: apostar por la sostenibilidad y la responsabilidad y evitar los recursos no renovables y contaminantes.
- No generar desperdicio: reutilizar para minimizar los residuos.
- Diseñar desde los patrones a los detalles, comprendiendo los patrones naturales y las interacciones entre los elementos de la naturaleza para aplicarlos en los sistemas y planificar sus aspectos más específicos.
- Integrar en lugar de segregar: diseñar sistemas que promuevan la diversidad y las interacciones beneficiosas entre los elementos.
- Usar soluciones pequeñas y lentas, pues los ecosistemas pequeños son más fáciles de mantener y esos cambios graduales y acciones pequeñas tendrán un impacto positivo a largo plazo.
- Usar y valorar la diversidad: fomentar la diversidad cultural y la biodiversidad para reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia y la adaptabilidad de los sistemas.
- Usar los bordes y valorar lo marginal: aprovechar las zonas de transición entre diferentes elementos o ecosistemas en los que surgen interacciones.
- Responder con creatividad al cambio, fomentando la innovación y la capacidad de adaptación para mejorar continuamente el sistema permacultural.
Con base en estos principios, se pueden diseñar soluciones sostenibles mediante una observación previa de la naturaleza para después intervenir en ella.
Técnicas de permacultura aplicadas al día a día
La permacultura es un ejemplo de cómo los seres humanos podemos convivir en armonía con nuestro entorno natural, respetándolo y trabajando junto a él para producir alimentos. Pero existen diferentes enfoques y aplicaciones. ¿Cuáles son las principales técnicas de permacultura existentes?
- Permacultura rural. Se desarrolla en entornos naturales amplios y se centra en la producción agrícola y ganadera. La conservación del suelo y la gestión del agua juegan un papel esencial y se emplean técnicas y enfoques como la agricultura regenerativa, la agroforestería, la agroecología o la silvicultura.
- Permacultura urbana. Se desarrolla en entornos urbanos y su objetivo es fomentar la autosuficiencia y la resiliencia de las ciudades. Se utilizan técnicas como la creación de jardines comunitarios, huertos en azoteas, tejados verdes, agricultura vertical, compostaje, sistemas de energía renovable o sistemas de recolección de agua de lluvia, entre otros.
- Permacultura en sistemas acuáticos. Se conoce como acuaponia y combina la acuicultura -el cultivo de peces u otros organismos acuáticos- con la hidroponía -el cultivo de plantas sin suelo- en un sistema simbiótico.
- Permacultura social. Se centra en la aplicación de principios permaculturales en aspectos sociales, como la economía local, la educación alternativa, la construcción de comunidades resilientes o la gobernanza colaborativa, con el objetivo de crear sistemas sociales equitativos y sostenibles.
Podemos encontrar numerosos ejemplos de implantación de la permacultura a nivel internacional. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lo hace en campos de refugiados africanos como método sostenible de producción de alimentos. En Australia se lleva a cabo el proyecto Zaytuna Farm, un centro educativo de referencia con técnicas exitosas para la regeneración del suelo, la retención de agua y la producción de alimentos. Y la granja Greening the Desert en Jordania ha logrado transformar un desierto en un oasis productivo a través de los principios de la permacultura.
También en España hay ejemplos de permacultura como la Ecoaldea de Lakabe, un proyecto en Navarra de una comunidad autosuficiente en la que se han construido edificios de bajo impacto, cultivan sus propios alimentos y utilizan energías renovables.
Permacultura: cómo empezar paso a paso
Como ya hemos visto, la permacultura se basa en una ética y unos principios de diseño pero, para su aplicación, es necesario recorrer diferentes etapas paso a paso. Para la implantación de técnicas de permacultura, ¿cómo empezar?
La idea es que las etapas de la permacultura están conectadas de forma evolutiva a modo de espiral, lo cual representa los niveles personal y local y la ampliación hasta los niveles colectivo y global. Esto se representa con la llamada ‘flor de la permacultura’, en cuyos pétalos se recogen las áreas en las que se diseña un sistema de permacultura:
- Finanzas y economía
- Tendencia de la tierra y gobernación comunitaria
- Administración de la tierra y de la naturaleza
- Construcción
- Herramientas y tecnología
- Educación y cultura
- Salud y bienestar espiritual
No obstante, cualquiera de nosotros puede empezar por aplicar los principios de la permacultura en su día a día, aplicando los siguientes pasos:
- Familiarizarse con el entorno. Por ejemplo, para crear un jardín sostenible, el primer paso es observar esa zona en la que se quiere plantar y conocer sus condiciones de luz, si hay viento y de dónde procede, si llueve y en qué cantidad, qué animales existen ya en ese lugar…
- Elegir. Las condiciones del entorno son clave para seleccionar las plantas de tu jardín sostenible, que sean plantas de temporada y que se ajusten a tus finanzas (las semillas son más baratas que las plantas ya germinadas, por ejemplo).
- Planificar el diseño o la disposición. Considerar tu presupuesto o tratar de sacar el máximo partido al espacio del que dispones son factores fundamentales en esta etapa.
- Construir. Un suelo de alta calidad y saludable es esencial para el crecimiento de tus plantas. Investiga también cuál es el mejor ambiente y qué cuidados necesitan tanto el suelo como las plantas.
- Dejar crecer. Mantener tu jardín, mirar cómo crecen las plantas y disfrutar de la cosecha es la siguiente etapa del proceso, en la que también puedes realizar ajustes para mejorar tu jardín.
- Mantenimiento. Rotar los cultivos es importante para mantener un jardín a largo plazo. Investiga nuevas plantas, qué nutrientes necesitan, etc. Piensa también en qué funcionó mejor hasta ahora y aprende para la próxima vez.
El proceso se repite, modificando o mejorando aquello que no haya funcionado, hasta obtener un sistema eficiente.
Beneficios de la permacultura para el medioambiente
El movimiento de la permacultura ofrece numerosos beneficios para el medioambiente, la economía y las comunidades. ¿Cuáles son esas ventajas?
- Contribuye a la sostenibilidad del planeta
- Aumenta la autosuficiencia al promover el cultivo de alimentos para autoabastecerse
- Fomenta la biodiversidad
- Fomenta el sentido de comunidad al animar a trabajar juntos y compartir recursos.
- Es una alternativa a la agricultura industrial
- Permite contar con terreno cultivable de forma permanente
- Ayuda a combatir la biodegradación
- Permite reducir la contaminación
- Produce alimentos orgánicos saludables
- Contribuye a la reforestación
- Fomenta la cooperación y la solidaridad entre agricultores
- Aumenta la eficiencia energética
El enfoque innovador y sostenible de la permacultura promueve la regeneración del medioambiente, la soberanía alimentaria y la resiliencia comunitaria, por lo que ha ganado impulso con cada vez más proyectos basados en sus principios éticos.