¿Qué es y cómo podemos reciclar el HDPE Polietileno?
Empezaremos explicando qué es este material antes de hablar de reciclar el HDPE. Su nombre viene de las siglas en inglés HDPE (High Density Polyethylene). También conocido como polietileno de alta densidad (PEAD), es un polímero de la familia de los olefínicos.
Se trata de un polímero termoplástico compuesto por unidades repetitivas de etileno. Este material de gran dureza y resistencia, se obtiene mediante un proceso de adición, o lo que es lo mismo, sumando distintas unidades de etileno.
Su rigidez y resistencia son sus principales ventajas, que lo convierten en un recurso resistente a la vez que ligero. Además su resistencia no es solo física, sino que también supone una gran utilidad debido a que no es atacado por productos químicos como los ácidos y disolventes. Es un material que se procesa de manera sencilla mediante métodos de extrusión o inyección que veremos más adelante.
Gracias a estas características, podemos confirmar que este material, es una gran alternativa en la fabricación de multitud de objetos que usamos diariamente. Por ejemplo, la mayoría de tuberías, botellas de productos de limpieza, tapones de todo tipo de envases, y envases de juguetes en sí.
Como todos los plásticos, en contraposición a lo que muchos puedan pensar, es un material sostenible. Debido a su ligero peso productos fabricados con este material ayudan a ahorrar emisiones de CO2 a la atmósfera, y debido a su durabilidad evitamos fabricar más productos innecesarios. Pero, ¿qué hacemos con los productos PEAD una vez han llegado al final de su vida útil? La respuesta es evidente, ¡RECICLAR!
¿Cómo funciona el proceso para reciclar el HDPE Polietileno?
Imagina que compras una garrafa de cualquier producto de limpieza elaborado a partir de este material. Una vez ha cumplido con su función debemos depositarlo en el contenedor amarillo, y es aquí donde comenzará su viaje hacia la transformación en una nueva materia prima.
Una vez depositado en el contenedor de color amarillo, se transportará hasta una planta de selección de envases. Allí se separarán los diferentes envases por su tipología, en este caso concreto, un separador óptico detecta su longitud de onda y los selecciona para hacer un flujo puro de este material.
Después, se transporta en grandes balas hasta un reciclador de HDPE, es en este momento cuando nuestra garrafa llega a la planta de reciclado. Las balas son abiertas y se introducen en una cinta que recorrerá todas las fases para el tratado de este material. A continuación, los envases pasan por un tromel donde se eliminan las impurezas y permite que las botellas lleguen separadas al siguiente proceso.
Posteriormente, también mediante un separador óptico, se realiza un cribado por color. Con el flujo obtenido se procede a su triturado. Este triturado pasa por un lavado en el que el HDPE, que es menos denso que el agua, se separa por flotación de las impurezas como papel, etiquetas, pegamento, restos de otros plásticos o restos orgánicos que pudiese contener el flujo.
Seguidamente se realiza un proceso de limpieza y secado, donde se combina el centrifugado con una corriente de aire para eliminar la humedad del triturado. Después pasa al proceso de extrusión donde el triturado se filtra y se obtiene la granza, producto final del proceso de reciclado y futura materia prima para la elaboración de nuevos productos a partir de plástico reciclado que sustituye al plástico virgen.
Como hemos visto, el PEAD es un material, ligero resistente y sostenible muy presente en nuestro día a día, por eso es muy importante darle la relevancia necesaria a su reciclaje. En el vídeo de ANARPLA (Asociación Nacional de Recicladores de Plástico en España) que incluye este artículo, se explica en detalle todo el proceso que hemos analizado. ¡Reciclar hoy, nos beneficiará mañana!
Por último, os dejamos el siguiente video de ANARPLA (Asociación Nacional de Recicladores de Plástico en España) donde se explica en detalle todo el proceso que hemos analizado.