Los contenedores de residuos sólidos urbanos

Los residuos urbanos se definen como un tipo de residuo o desecho que se genera en núcleos urbanos o zonas de su influencia. Estos se gestionan a través de los contenedores de residuos sólidos urbanos.

Y es que en las grandes urbes es frecuente ver papeleras o contenedores en grandes y pequeñas avenidas para que el ciudadano de a pie pueda depositar sin grandes dificultades los residuos que generamos.

Hablar de las papeleras y contenedores de basura es hacerlo también de los técnicos que se encargan de mantenerlas y aquellos que también realizan todo tipo de recogidas para que podamos gozar de una ciudad salubre y comprometida con el reciclaje de todo tipo de residuo. 

¿Cuántos tipos de contenedores en el mobiliario urbanos existen? 

Basurero, tacho, contenedor, pero comúnmente llamada papelera, nos acompaña en prácticamente todas las vías públicas que transitamos y no es difícil perder la cuenta de cuantas podamos haber visto a lo largo de nuestro recorrido. 

Gracias a la sofisticación de muchas de ellas, actualmente podemos observar distintas. Cada una de ellas con cualidades totalmente diferentes que condicionan la vertida de ciertos residuos en ellas, las más importantes son las siguientes: 

• Papelera giratoria. Comúnmente utilizada por gran parte de la población, su función es la de girar en su propio eje para permitir un vértigo fácil y totalmente rápido por parte del técnico de residuos. 
• Papelera basculante. Pueden ser de pie o de pared, su característica principal es una puerta giratoria en eje horizontal que permite el vertido de residuos. 
• Papelera cenicero. Este subtipo de contenedor permite depositar los restos de cigarrillos y cualquier tipo de restos derivados del tabaco. Puede ir junto a otro tipo de papeleras o, por el contrario, tener un mini contenedor dedicado exclusivamente a este tipo de uso. 

• Papeleras de madera. Ubicadas especialmente en parques y jardines urbanos, son el perfecto aliado de espacios naturales por sus propiedades. 
• Papeleras para excrementos caninos. Al igual que ocurre con las papeleras cenicero, este tipo de tacho está dedicado exclusivamente al vertido de excrementos caninos que deben ser depositados previamente en una bolsa de plástico. Afortunadamente, muchos de estos contenedores ofrecen también este tipo de sacos dónde verter dicho deshecho. 

Únicas, famosas e indispensables 

A veces inadvertidas, pero totalmente indispensables, las papeleras y los contenedores de envases de plástico, nos acompañan a lo largo de nuestra vida para satisfacer la necesidad de deshacernos de los pequeños residuos que acumulamos en nuestras manos y de los que nos queremos deshacer. 

La llegada en nuestro país fue en el año 1934, cuando el por aquel entonces alcalde de Madrid, Pedro Rico, anunciaba a su población la implantación de unos depósitos bajos y achaparrados donde verter el papel y cartón que habitualmente los ciudadanos dejaban tirado por las calles. Las clases populares acabaron dándole el sobrenombre de “Pedritos” dado el parecido que tenía con el regidor de dicha ciudad. 

Uno de los grandes factores que nos hace darnos cuenta de la magnitud que ha alcanzado este objeto, es a través de las papeleras de nuestros propios ordenadores. De la misma manera que depositamos los residuos urbanos en la vía pública hacemos lo mismo, pero a modo online. 

Gracias a las papeleras no solo se mantienen nuestras calles limpias, sino que promovemos la concienciación de las nuevas generaciones con el reciclaje. Mantenerlas y procurar que estas no sean objeto de vandalismos es tarea no solo de los técnicos encargados de su mantenimiento, sino de cada uno de nosotros.

Los contenedores de residuos sólidos urbanos son elementos fundamentales en la gestión de desechos en nuestras ciudades. Estos recipientes, ubicados estratégicamente en áreas urbanas, permiten a los ciudadanos depositar sus residuos de manera organizada y, al mismo tiempo, facilitan su posterior recogida y tratamiento. En todo el mundo, se utilizan diferentes tipos de contenedores, cada uno destinado a un tipo específico de residuo. Uno de los sistemas más reconocibles y eficaces es el de los contenedores de colores, que simplifican la separación de residuos y promueven prácticas más sostenibles.

Los contenedores de colores son una solución inteligente para la clasificación de desechos. Cada color representa un tipo particular de residuo, lo que ayuda a los ciudadanos a identificar fácilmente dónde depositar sus desechos. Aquí están los colores más comunes y sus respectivas categorías:

Contenedor Amarillo: Este contenedor suele ser utilizado para envases de plástico, latas y envases de metal. En él, se deben depositar productos como botellas de plástico, latas de refresco, envases de yogur y otros envases similares.

Contenedor Azul: El color azul se asocia comúnmente con papel y cartón. Aquí, se deben depositar periódicos, revistas, cajas de cartón, folletos y cualquier otro producto de papel o cartón.

Contenedor Verde: Los contenedores verdes suelen estar destinados al vidrio. En ellos, se deben depositar botellas y frascos de vidrio, como botellas de vino, tarros de mermelada y envases de vidrio en general.

Contenedor Gris o Marrón: Estos contenedores se utilizan para la fracción orgánica de los residuos. Aquí, se deben depositar restos de comida, cáscaras de frutas, residuos de jardín y otros materiales biodegradables.

Contenedor Rojo: En algunos lugares, se utiliza el color rojo para residuos peligrosos, como productos químicos domésticos, baterías usadas y otros desechos que requieren una gestión especializada.

La implementación de estos contenedores de colores no solo facilita la vida de los ciudadanos al momento de desechar sus residuos, sino que también contribuye significativamente a la gestión eficiente de desechos. La separación en origen, es decir, la clasificación de los residuos en el momento de la disposición, facilita su posterior reciclaje y tratamiento, reduciendo así la cantidad de residuos que llegan a los vertederos.