Los materiales termoestables: resistencia y durabilidad
Desde bicicletas, hasta utensilios de cocina o barcos. Los materiales termoestables destacan por su capacidad para soportar altas temperaturas y presiones sin deformarse. A diferencia de lo que sucede con los termoplásticos, no se ablandan al calentarse, gracias a su estructura química única.
Estos materiales adquieren una red tridimensional de enlaces cruzados que les confiere una resistencia excepcional al calor y la estabilidad química.
¿Qué son los materiales termoestables?
Los materiales termoestables o polímeros termoestables son un tipo de plásticos que una vez endurecidos, no pueden volver a ser remodelados o fundidos por calor. Es decir, solo podemos fundirlos una única vez.
Se caracterizan por su estructura molecular, una vez que se calientan y endurecen, forman enlaces químicos tridimensionales, conocidos como reticulación, que les otorga una gran estabilidad térmica y química.
Son fabricados a través de un moldeado líquido de polímeros. Introduciéndose en tanques donde se calientan hasta conseguir un estado líquido, después se inyectan en moldes donde una vez enfriados adoptan la forma de este, para terminar en un proceso de curado que les confiere su dureza.
Este último proceso, forma unos enlaces químicos irreversibles, que provocan que no se ablande sometido a altas temperaturas.
Los plásticos termoestables se pueden clasificar en varios tipos, cada uno de ellos con propiedades diferentes que los hacen idóneos para distintos usos. Nos encontramos con resinas epoxi, poliésteres, poliuretano (PUR), resinas fenólicas o siliconas.
- Resinas de poliéster. Se combinan con fibra de vidrio y forman compuestos de alta resistencia como cascos de barcos o cañas de pescar. Pueden soportar hasta 200º de temperatura.
- Poliésteres insaturados. Se utilizan en la fabricación de fibras de vidrio reforzadas.
- Resinas epoxi. Poliméricos utilizados de manera habitual en adhesivos, recubrimientos o revestimiento de suelos, debido a su gran resistencia.
- Fenol-formaldehído. Comúnmente conocida como baquelita, es usado en componentes eléctricos y utensilios de cocina.
Ventajas de los materiales termoestables
Una de sus características más importantes es su capacidad de aislamiento eléctrico, haciendo que sean componentes muy útiles en la industria electrónica, donde la seguridad y la eficiencia son indispensables.
También son materiales idóneos para la fabricación de estructuras, gracias a su resistencia mecánica y su peso ligero.
Otra ventaja de los termoestables es su estabilidad química, son capaces de resistir la corrosión y la degradación por sustancias químicas, lo que garantiza su aguante en ambientes agresivos o de calor extremo.
Y otro punto a tener en cuenta es su bajo coste y la capacidad de realizar grandes volúmenes de producción. En determinadas ocasiones funcionan como una alternativa viable a otros materiales como el metal o los termoplásticos.
Estas ventajas hacen de los termoestables una opción económica y eficiente para una amplia gama de usos industriales.
Aplicaciones de los materiales termoestables
Los podemos encontrar habitualmente en mangos y asas de cazuelas de cocina o contadores de luz e interruptores.
En la industria automotriz, los termoestables son esenciales para la fabricación de componentes como frenos y carcasas de motor, por su alta resistencia al calor y a los productos químicos.
En el ámbito de la construcción, se aplican en adhesivos, revestimientos y composites reforzados proporcionando gran durabilidad y resistencia a las inclemencias del tiempo.
Incluso han encontrado su hueco en los hogares, incorporándose en utensilios domésticos como sartenes antiadherentes y carcasas de electrodomésticos.
Diferencias entre plásticos termoestables y plásticos termoplásticos
Como hemos comentado anteriormente, los plásticos termoestables y termoplásticos presentan diferencias clave en su comportamiento. Ahora veremos más en detalle cuáles son todas sus diferencias.
Los termoestables pueden ser calentados y moldeados sólo una vez, endureciéndose durante su formación y manteniendo su forma sin ablandarse al ser recalentados. No pueden fundirse, soportan altas temperaturas, tienen un tiempo de estabilización de hasta cinco minutos y son insolubles.
Por otro lado, los polímeros termoplásticos se pueden calentar y moldear varias veces. Se ablandan con el calor, incluso hasta licuarse y recuperan su dureza al enfriarse. Se estabilizan rápidamente, en aproximadamente 10 segundos y son conocidos por sus buenas propiedades mecánicas y su facilidad de procesado. Además, son solubles en determinados disolventes orgánicos.
Debido a que no pueden ser fundidos y reutilizados, los plásticos termoestables tienen un proceso de reciclaje más complejo que los termoplásticos.
Como hemos visto, los materiales termoestables son una buena solución a la hora de enfrentar diferentes retos de construcción y diseño. Hoy en día se siguen desarrollando investigaciones para hacerlos más sostenibles y amigables con el medioambiente.