La banca ética, crecimiento económico con conciencia
Podemos enmarcar la banca ética dentro de la economía ecológica, de la cual hablamos en uno de nuestros últimos posts. Una ciencia interdisciplinaria que estudia la interacción entre el sistema económico, el medioambiente y el desarrollo sostenible.
En contraposición a la banca tradicional, que se centra en maximizar sus ganancias, esta banca pone el foco en el impacto social y ambiental de sus operaciones.
En este tipo de banca, los fondos se invierten en proyectos e iniciativas que generan un beneficio real y positivo para la comunidad y el planeta. Entre estas inversiones podemos encontrar la financiación de energías renovables o emprendimientos sociales.
Además de un crecimiento económico compatible con la preservación de los recursos naturales, la banca ética también se distingue por su compromiso con la transparencia. Estas entidades suelen mantener una comunicación abierta con sus clientes.
¿Qué es la banca ética y por qué debería importarte?
Como acabamos de comentar, la banca ética o banca sostenible, se define como un modelo financiero cuyo objetivo final es ir más allá de los beneficios económicos. Busca generar un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente.
Esta noción surgió en el siglo XIX en Estados Unidos, promovida por grupos religiosos que reconocieron la importancia de no financiar proyectos que contradijeran sus valores, como la lucha contra la esclavitud. Así, se estableció un modelo para gestionar el dinero de forma responsable y alineada con principios éticos.
Se suele caracterizar también por huir de sectores controvertidos de inversión y asociados usualmente a la banca tradicional, como los combustibles fósiles o la industria armamentística. La banca ética prioriza proyectos que promueven el desarrollo sostenible, la justicia social y la protección del medioambiente.
El objetivo final es saber que tu dinero se invierte en impulsar iniciativas como agricultura ecológica, comercio justo, vivienda social o proyectos de conservación de la biodiversidad. Es decir, alinear tus valores con tus finanzas.
Banca ética en España: un movimiento en crecimiento
El incremento por el interés de esta no solo se está dando en España, es un interés global. Cada vez más personas buscan alternativas financieras que reflejen sus preocupaciones tanto sociales como medioambientales.
En España, este tipo de entidades se caracteriza por sus principios de transparencia, democracia participativa y compromiso con el desarrollo local. Sus valores se traducen en una gestión responsable de los recursos, la promoción de la economía social y solidaria, y el apoyo a proyectos que generan un impacto positivo en la comunidad.
Además, suelen ofrecer una mayor transparencia en sus operaciones, informando detalladamente a sus clientes sobre dónde y cómo se invierte su dinero.
Productos financieros éticos: más allá de la cuenta corriente
El hecho de que no piensen y actúen como un banco tradicional, no quiere decir que no tengan los mismos productos que la banca tradicional. La banca ética ofrece una amplia variedad de productos financieros, dependiendo de la persona o empresa. Puedes disponer de productos típicos como cuentas corrientes y tarjetas de crédito, hasta préstamos o hipotecas o seguros. Eso sí, todo desde el prisma de la sostenibilidad y la transparencia.
Si estás pensando en una hipoteca para tu casa, la banca ética promueve un consumo energético más responsable en los hogares. Para ello, algunas entidades han diseñado un sistema que adapta el tipo de interés de tu hipoteca en función de la calificación energética de tu vivienda.
Por supuesto, las entidades definidas como banca ética están adheridas al Código de Buenas Prácticas para entidades financieras.
Además, como valor añadido, en algunos casos da la opción de decidir qué iniciativa social o medioambiental quieres apoyar con una parte de los intereses generados por tus ahorros.
En España, algunas asociaciones como La Asociación Financiación Ética y Solidaria (FETS) han elaborado el catálogo «Diner Ètic». Se trata de un documento que establece los criterios fundamentales que deben cumplir las instituciones financieras para ser reconocidas como éticas.
Beneficios medioambientales: tu dinero, un aliado del planeta
La banca ética se distingue por su rechazo a financiar proyectos que atenten contra los derechos humanos, sociales y ambientales, adoptando el lema «No con mi dinero».
Otro pilar es el compromiso, no busca ganancias rápidas a través de la especulación, se invierte en una economía real y solidaria, que aporte valor a la vida de las personas y genere beneficios sociales, culturales y medioambientales.
Dentro de los beneficios medioambientales, la banca sostenible participa de forma activa en la lucha contra el cambio climático y la protección del medioambiente. Financiando proyectos de energías renovables (como parques eólicos o plantas solares), agricultura ecológica (que evita el uso de pesticidas y fertilizantes químicos), o conservación de la biodiversidad (protegiendo ecosistemas y especies amenazadas).
Cómo elegir una banca ética: preguntas clave
Si ya estás decidido a dar el paso y elegir la banca ética como tu modelo financiero, puede que definir un banco que se alinee con tus valores sea un desafío. La parte buena es que existen múltiples opciones de banca ética y responsable. Antes de tomar una decisión, puedes seguir estos consejos que probablemente te ayuden en tu elección.
Lo primero, aunque clave en la decisión, es definir tus valores y prioridades. Ya sea en términos de sostenibilidad, responsabilidad social o financieros. Con esta parte establecida, podrás investigar las diferentes alternativas bancarias disponibles y evaluar cuál se adapta mejor a tus criterios.
Otro aspecto recomendable, es analizar la política de inversión del banco, asegurándote de que sus fondos se invierten en proyectos y empresas que generen un impacto positivo y concuerda con tus opiniones. Una buena idea es revisar si siguen las taxonomías verdes para decidir sus inversiones. Además, puedes consultar organizaciones que se dedican a evaluar la ética financiera de las instituciones y obtener otra perspectiva objetiva.
También, puedes consultar informes de sostenibilidad, rankings de entidades éticas y opiniones de otros clientes para tomar una decisión informada y acorde a tus valores.
Por último, es buena idea acudir a la entidad financiera y hablar directamente con representantes del banco para obtener más detalles sobre sus prácticas, proyectos de inversión, cómo se rige la entidad, qué servicios ofrece, etc.
Ejemplos inspiradores: éxitos de la banca ética en el mundo
En un estudio sobre Finanzas Éticas y Sostenibles en Europa hace cuatro años ya se revelaba que, durante los últimos diez años, las 23 entidades bancarias europeas con enfoque ético y sostenible han duplicado la rentabilidad del sistema bancario europeo en general, alcanzando una media anual del 3,57% frente al 1,79%.
Además, estos bancos han demostrado ser más eficaces en el respaldo a la economía real y sostenible, así como en la generación y preservación de empleo en sectores que se benefician de las finanzas éticas.
A día de hoy estas cifras se consolidan, prueba de ello es el sexto informe sobre las finanzas éticas en Europa, destacando el potencial de las finanzas éticas para generar un impacto positivo en el sistema financiero global, manteniendo un crecimiento sostenido.
Un ejemplo de éxito es JAK Medlemsbank, una entidad sueca fundada en los años 60 que actualmente opera como banco y cuenta con cerca de 40.000 miembros. El movimiento de banca libre de intereses también está presente en otros países como Finlandia, Italia, Dinamarca o Alemania, con iniciativas similares que promueven un modelo financiero más justo y sostenible.
Estos son algunos ejemplos que nos señalan que la banca ética ha llegado para quedarse y que cada vez más personas están comprometidas con todos los ámbitos de su vida. ¡Únete al reto de la sostenibilidad y cuida el medioambiente también con tus ahorros!