Cómo funciona un vertedero de basura, forma y utilidad | Ecoembes
En artículos anteriores hemos hablado sobre los vertederos de basura controlados y su diferencia con los vertederos incontrolados, pero en este vamos a centrarnos en explicar cómo funciona un vertedero de basura.
Los desechos que generamos como sociedad en nuestro día a día acaban teniendo una segunda oportunidad gracias a toda la ayuda de los ciudadanos que separan los tipos de residuos en sus diferentes contenedores para ser reciclados. Porque, aunque muchas veces pensemos lo contrario, en España el 80% de los hogares y ciudadanos somo reciclares activos que separamos nuestros residuos a diario. Y también gracias a la buena actuación de las Administraciones en las plantas de reciclaje.
Desafortunadamente, parte de los residuos depositados en el contenedor gris o de resto terminan en los vertederos municipales, que son grandes depósitos preparados para recibir todo tipo de escombros y residuos y suelen encontrarse lejos de zonas urbanizadas y áreas de cultivo.
Con objeto de evitar que los desechos contaminen el suelo, este se recubre con un revestimiento impermeable artificial. Los residuos municipales llegan en camiones y se derraman en el vertedero tapándose por capas de tierra hasta quedar totalmente cubierta y que comience su descomposición. La parte negativa de este proceso es que muchos residuos tardan años en descomponerse debido a la humedad y al poco oxígeno que caracteriza a estos emplazamientos.
¿Por qué los vertederos influyen en el cambio climático?
Enterrar millones de toneladas de residuos en el suelo tiene un impacto negativo en el medioambiente ya que pueden llegar a emitir a la atmósfera gases como el metano y el dióxido de carbono que provocan la subida de la temperatura de la tierra, así como contaminar las aguas subterraneas.
Asimismo, el metano producido por los residuos de un vertedero puede provocar explosiones y puede llegar a causar incluso incendios.
Además, los vertederos repercuten negativamente en la fauna, alterando especialmente la migración de las aves que se alimentan en vertederos ingiriendo todo tipo de residuos sólidos urbanos.
Los malos olores de los vertederos deprecian el valor de los terrenos cercanos a ellos provocando la aparición de áreas desfavorecidas. Por ello, para minimizar los efectos negativos, es importante construir estos lugares para la eliminación de residuos lejos de las zonas urbanizadas.
Tipos de vertederos:
Vertederos controlados: son aquellos autorizados por las autoridades competentes y que cuentan con una impermeabilización completa del suelo, tuberías que se encargan de recoger el biogás que se forma en el interior y unos sistemas de canalización de lixiviados. Existen de diferentes tipos en función de los residuos que recogen:
- Vertederos de residuos inertes: aquellos residuos que no sufren ningún tipo de transformaciones químicas, físicas o biológicas. Ej: escombros por construcciones o demoliciones.
- Vertederos de residuos no peligrosos: incluyen residuos urbanos, residuos industriales y residuos domiciliarios como los que proceden de la limpieza urbana.
- Vertederos de residuos peligrosos: aquellos que tienen reacciones altamente exotérmicas cuando entran en contacto con otras sustancias. También se encuentran los explosivos, inflamables, nocivos, tóxicos muy peligrosos para el entorno por sus riesgos de carácter inmediato.
Vertederos ilegales: se originan especialmente en países menos desarrollados por falta de un gobierno que gestione una adecuada recogida de residuos. Estos vertederos no tienen control de seguridad alguno que proteja el ecosistema ni la propia salud humana, por ello son peligrosos focos de contaminación y enfermedades.
Consecuencias de los vertederos
La contaminación del agua, aire y suelo, las enfermedades que desencadenan en diferentes tipos de seres vivos, la demanda de mayores espacios para crear nuevos vertederos y la gran inversión económica que supone la restauración de los lugares afectados por los vertederos son las principales consecuencias de la existencia de vertederos.
Ahora que sabes cómo funciona un vertedero de basura, ¿te has parado a pensar cómo podemos conseguir que haya menos vertederos? La clave está en reducir el consumo comprando lo necesario, reutilizar todo lo que puedas y por último reciclar para dar una segunda vida a algo que ya no necesites.
Fuentes: