Los termoplásticos son una clase de polímeros con capacidad de someterse a un ciclo de transformación sin fin. Al calentarse, se convierten en un líquido viscoso, listo para ser moldeado en infinitas formas. Y al enfriarse, se solidifican, manteniendo la forma deseada.
Hace tiempo que los envases no solo nos muestran el código de barras, fecha de envasado o características sobre el producto adheridas al envase, sino que también son unos indicadores de la calidad y seguridad.
La taxonomía verde es un sistema de clasificación desarrollado por la Unión Europea que define qué actividades económicas e inversiones, son ambientalmente sostenibles. Su objetivo principal es orientar a los inversores hacia proyectos que realmente contribuyen a la sostenibilidad ambiental (inversiones verdes) y alejarse de los que afectan de manera negativa al clima y medioambiente.
Este conjunto de cifras tiene como objetivo principal la correcta división de los residuos para que en todo el proceso el manipulador sea consciente de que nivel de contaminación, por ejemplo, tiene cada uno de los residuos o para su posterior clasificación y reutilización.
El “suprareciclaje” o también conocido como “upcycling” va más allá de un simple proceso de transformación, se convierte en una filosofía que busca encontrar valor en lo que ya no se usa.
Es una práctica fraudulenta que intenta confundir al consumidor y aprovecharse del creciente interés por la sostenibilidad para generar una ventaja competitiva con publicidad engañosa.
Al combinar componentes naturales y matrices poliméricas (polímeros a los que se añaden fibras de vidrio, boro, carbono etc.), los biocomposites ofrecen una serie de propiedades especialmente atractivas desde un punto de vista técnico e industrial.
A grandes rasgos, la economía ecológica se enfoca hacia la sostenibilidad social y ambiental. Se trata de una ciencia que estudia, interdisciplinariamente, ámbitos como el sistema económico, el medioambiente y el desarrollo sostenible de la economía circular y el reciclaje.