¿Dónde tirar los móviles?
De simples teléfonos para llamar, los smartphones se han transformado en ordenadores de bolsillo. Su sofisticación, fruto de la combinación de múltiples componentes y materiales (desde metales preciosos hasta plásticos), hace que sean pequeños tesoros tecnológicos.
Pero toda esta complejidad conlleva una responsabilidad: garantizar que al final de su ciclo de vida, sean reciclados de manera adecuada para evitar contaminar el medioambiente.
Al aumentar el número de funciones, aumenta también la complejidad del móvil. Esto hace que esté formado por muchos accesorios: cámaras delantera y trasera, flash, antenas, conexiones, procesadores, botones (en la actualidad suelen ser exclusivamente de encendido/apagado y volumen), giroscopios (que detectan el movimiento), tarjeta SIM, altavoz, micrófono, motor háptico, conexión, escáner dactilar, pantalla, batería…
Entre tantos elementos, lo natural es que haya muchos materiales distintos, diferentes tipos de metales, plásticos y vidrio. Por eso, una vez nuestro móvil ya no nos sirve, hay que reciclarlo correctamente.
¿Por qué es importante reducir, reutilizar y reciclar nuestros teléfonos móviles?
La tecnología evoluciona muy rápido, la Ley de Moore indica que cada dos años se duplica la cantidad de transistores en un procesador, esto hace que constantemente haya novedades tecnológicas y muchas personas renueven su smartphone con mayor frecuencia.
A parte de esto, hay que tener en cuenta la obsolescencia programada, lanzamientos continuos de las empresas, las ofertas, mayor capacidad de adquisición por parte de países en desarrollo…
Esta práctica, a primera vista inofensiva, tiene consecuencias negativas para el entorno. La extracción de materias primas como el oro, el cobre o las tierras raras, presentes en los móviles, crea una importante huella ecológica. El vertido de estos aparatos en la naturaleza libera sustancias tóxicas que contaminan el suelo y el agua, afectando a la salud humana y a los ecosistemas.
Componentes de un teléfono móvil: materiales y su impacto ambiental
- La fabricación de pantallas táctiles implica un proceso que combina diversos materiales. El vidrio de aluminosilicatos, reforzado con iones de potasio, proporciona resistencia y durabilidad. Una capa de óxido de estaño e indio, aplicada sobre el vidrio, permite la interacción táctil. Otros elementos, como los óxidos metálicos, se añaden para lograr una amplia gama de colores.
- Las baterías de iones de litio, mayoritarias en los smartphones, utilizan compuestos como el óxido de cobalto de litio y el grafito para almacenar energía. El litio, ionizado durante la carga y la descarga, se mueve entre los electrodos.
- La electrónica interna, como el procesador y los componentes microelectrónicos, se basa principalmente en silicio, cobre, oro y plata. Estos elementos, combinados con otros como el fósforo y el arsénico, permiten la conducción eléctrica y el procesamiento de datos.
- Los componentes mecánicos, como el micrófono y el altavoz, utilizan imanes compuestos de tierras raras como el neodimio y el boro. La carcasa, por su parte, puede ser de metal (aleaciones de magnesio) o de plástico (carbono procesado).
¿Es posible reciclar un móvil? Materiales y contenedores adecuados
¡Sí! Los móviles y por tanto los materiales que los componen son reciclables. Por ello debemos depositarlos en el contenedor adecuado.
Casi todos los componentes de un teléfono móvil se pueden reciclar. Desde las carcasas de plástico hasta las baterías. Los metales se funden y se utilizan para fabricar nuevos productos, y los plásticos se trituran y se convierten en nuevos materiales.
¿Dónde se tiran los móviles?
Teniendo tantos componentes, se puede deducir que ni el contenedor amarillo de envases ni el contenedor de restos son adecuados para un móvil. Una vez que los teléfonos se estropean o quedan obsoletos, hay que llevarlos a punto limpio.
Encontrar un punto limpio cerca de casa es más sencillo de lo que se pueda pensar. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto a disposición de todos un práctico buscador en línea que permite localizar rápidamente los puntos de reciclaje más cercanos al domicilio.
Otra opción es llevarlos a tiendas de recogida, donde también se harán cargo del teléfono. También existen espacios que se dedican exclusivamente a recoger teléfonos o incluso ONG que se encargan de su recolección, para posteriormente donarlos. Si es un móvil antiguo y puedes retirarle la batería, la puedes depositar en un punto de Ecopilas.
Aunque hoy en día hay bastantes modelos de móviles que ya vienen sin cargador, por políticas medioambientales de las empresas, es fundamental reciclar correctamente también el cargador en el punto limpio.
Si tienes dudas sobre otros dispositivos electrónicos, puedes revisar estos post o preguntar a nuestro simpático chatbot AIRE.
¿Cómo se lleva a cabo el proceso de reciclaje de un teléfono móvil?
La mayor parte de los materiales obtenidos después del reciclaje de un smartphone son diferentes tipos de plásticos, vidrio y por último varios tipos de metales pesados. Todo ello debe ser separado. Así que una vez llega a la planta de reciclado, se clasifican y se separan los diferentes materiales.
Posteriormente, se trituran y se someten a un proceso de separación que utiliza calor e imanes. Esto clasifica los materiales según sus diferentes propiedades. Tras completar todas las fases, los materiales ya están separados y listos para volver a usarse.
¿Qué se hace con ello después?
Los metales suelen ser usados para nuevos aparatos electrónicos. Los vidrios pueden usarse también con este fin o incluso para hacer envases. Por último, el plástico, también se reutilizará con los mismos fines, crear nuevos envases o productos.
Algunos estudios indican que un teléfono móvil de gama alta puede contaminar hasta 600.000 litros de agua, el equivalente al consumo diario de todos los hogares españoles.
Además, en su fabricación libera cerca de 95 kilogramos de CO2 a la atmósfera. Este impacto ambiental se debe al ciclo de producción del dispositivo, que incluye la extracción de materias primas, la fabricación de componentes y el transporte. Las baterías de litio son una amenaza particularmente grave debido a los materiales tóxicos que contienen. Con el reciclaje se recuperan materiales muy escasos y necesarios para la fabricación (como por ejemplo el coltán). Además, se frena la acumulación en el entorno, evitando dañar espacios naturales y la expulsión de materiales tóxicos por parte de los teléfonos.