¿Dónde tirar un chicle? Errores más comunes que cometemos
Si eres de los que come chicle a menudo, quizás ya tengas claro qué debes hacer con él cuando lo quieres desechar o quizás tienes las mismas dudas que el resto de las personas que lo hacen ocasionalmente. Hay personas que, una vez masticado, lo guardan en el envoltorio antes tirarlo, y esto realmente no se debe hacer, ni con el chicle ni con cualquier otro desecho, ya que este sí que se puede reciclar, entonces , ¿Dónde tirar un chicle?
Según datos extraídos en Reino Unido , una pastilla de chicle viene a costar unos 4 céntimos de euro frente a los 14 euros que cuesta despegarlo.
¿De qué está hecho un chicle?
Originariamente el chicle estaba compuesto por una savia que se extrae de un árbol de América central. Este ingrediente es dulce, duro y natural. Hoy en día, está hecho con una base de plástico neutro (goma de xantano o acetato de polivinilo) que da elasticidad, que tiene el mismo efecto gomoso que la savia.
Algunos de los ingredientes más comunes que tienen son: xilitol, base de goma, saborizantes, colorantes, aceite de coco…
Difíciles de reciclar, ¿entonces qué?
Los chicles son difíciles de reciclar, por eso los debemos tirar al contenedor de resto, el gris. En ocasiones hay personas que lo guardan en su mismo envase y lo tiran de esta manera, pensando que puede ser una buena idea. Esto es un error, ya que los envoltorios sí que son envases que se pueden reciclar sin ningún problema. Este tipo de papel lo podremos tirar al contenedor amarillo de envases.
Ejemplos de buena práctica
A pesar de las dificultades que se presentan a la hora de reciclar los chicles, existen algunos lugares del mundo como Ámsterdam o Ciudad de México que están dando ejemplo en este ámbito. En la capital holandesa, se ha iniciado un proyecto pionero junto a la empresa Gum-Tec, especialistas en reciclaje de chicles, y la marca de moda Explicit. En este proyecto, un equipo especializado se encarga de retirar los chicles de las calles de la ciudad, para luego ser convertidos en diferentes polímeros plásticos que se emplearán en la fabricación de suelas de zapatilla. Así nacen las Gumshoe, cuyo objetivo es dar voz a distintos mensajes sobre reciclaje y cuidado del medio ambiente, al tiempo que se evita la presencia de millón y medio de kilos de chicles anuales en el suelo de la ciudad,
En Ciudad de México se creó en 2018 la campaña #TiraTuChicleAlBote. A la cabeza de esta acción estaba la marca de chicles Trident junto a la empresa de gominolas Mondelez y la compañía especialista en reciclaje Terracycle. Se instalaron 75 contenedores específicos para tirar chicles por todo el casco histórico de la ciudad. Los chicles acumulados en estos contenedores se procesaron junto a otros plásticos reciclables para luego convertirlos en pellets de polímeros que se emplearon en la fabricación de distintos objetos. Además del proceso de recogida, se programó un proceso de concienciación sobre la importancia del reciclaje y el mantenimiento de la limpieza en la ciudad.
Estas iniciativas también se han llevado a cabo en España, concretamente en la ciudad de Mislata (Valencia). En esta localidad se instalaron 50 contenedores en 2020 destinados a recoger gomas de mascar. Se encuentran en puntos clave como plazas, parques, paseos, alrededores de colegios y edificios públicos, donde la afluencia de gente tiende a ser mayor.
La importancia del contenedor gris
El contenedor gris, aunque sea el de resto, tiene una labor muy importante, ya que en él se tira todo lo que no se recicla ni se puede usar para compost. Es de vital importancia que exista porque nos ayuda a separar lo que se puede reciclar de lo que no.
Hay muchos elementos a los que no se les puede dar una segunda vida, como por ejemplo: juguetes, biberones, utensilios de cocina, pañales, colillas, chicles, compresas, objetos de cerámica…
De los residuos que no se pueden reciclar, la mayoría terminan en los vertederos controlados que están ubicados lejos de las ciudades. Allí se deposita la basura compactada en capas y se entierra para evitar molestias. Tienen un mecanismo impermeable que evita el filtrado de sustancias tóxicas a las aguas subterráneas.
Estos lugares están sometidos a constantes análisis para controlar la cantidad de gases tóxicos que se generan.
Alternativas al chicle
Hay muchas personas que consideran que tienen un vicio con ellos porque no para de echarse uno a la boca: en momentos de ansiedad, después de cada comida, para controlar el hambre… Lo ideal es no hacer de esto un hábito y poder combatir estas necesidades de otra manera:
- Realiza técnicas de relajación, meditación o yoga para controlar la ansiedad y el estrés.
- Bebe agua con limón, hierbabuena, jengibre, para que se asemeje al sabor del chicle.
- Compra un kit de bolsillo de cepillo de dientes y pasta para refrescar el aliento cada vez que lo necesites.
- Mantén una dieta saludable para controlar el hambre.