Reciclar sin llamarlo reciclar. Los mayores llevan toda la vida aplicando la ecología doméstica por pura inercia histórica: acostumbrados a una economía de carestía, ahorran en recursos, consumen con cabeza y reutilizan todo lo posible. Sin saberlo, se han convertido en los grandes embajadores de la sostenibilidad para las generaciones futuras y Terceros en edad, primeros en reciclar de Ecoembes es la forma más potente de demostrar que su participación activa es esencial en el mapa de la sostenibilidad. La iniciativa ya ha llegado a 264 centros de día y más de 355.000 mayores.
Una empresa sostenible es aquella que tiene en cuenta los aspectos medioambientales y sociales, además de los económicos, para crear un valor a corto y largo plazo.
En 2018, los españoles depositaron 1.453.123 toneladas de envases en los contenedores correspondientes. Cada ciudadano depositó una media de 15,7 kg de desechos en el contenedor amarillo y 18,1 kg en el contenedor azul. Pero, ¿en qué se convierten estos materiales reciclables?
La regla de las 3 erres del reciclaje incluye tres conceptos: reducir, reciclar y reutilizar. El mundo se mueve, en cambio, hacia un espectro más amplio en el que se habla de siete erres. ¿Qué significan las 3 erres del reciclaje? ¿Las conoces? ¡Descúbrelas!
Es momento de hacer un llamamiento a la responsabilidad, de no olvidar todo lo que hemos tenido que pasar para llegar a este punto, y de ser conscientes de que nos espera todavía un largo proceso hasta llegar a esa “antigua normalidad”.
Actualmente las pajitas desechables suponen el 4% del total de residuos plásticos. Teniendo en cuenta que es uno de los productos con un uso más efímero que existe, se trata de un porcentaje altísimo.
La gran parte de bridas reutilizables se fabrican en plástico y se trata de una alternativa de mayor sostenibilidad por la cantidad de recursos naturales que ahorramos durante su fabricación en comparación con las bridas convencionales.
Hoy en día tenemos la opción de consumir discos desmaquillantes reutilizables, hechos de algodón orgánico y de fibra de bambú, que son ideales para una limpieza facial incluso en zonas sensibles, evitando así la irritación de la piel.