La contaminación atmosférica tiene distintos efectos sobre la salud humana, tanto a corto como a largo plazo. Entre otras cosas, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades respiratorias como la neumonía, cáncer de pulmón o enfermedades cardiovasculares. Cada persona encaja estos efectos de manera distinta, siendo aquellas que ya están enfermas las más vulnerables.
La contaminación acústica, contaminación sónica o contaminación sonora se refiere al exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. El ruido no se acumula, traslada o perdura en el tiempo como los elementos causantes de otras contaminaciones, pero también disminuye la calidad de vida de los seres vivos que habitan las zonas afectadas.
Las sociedades cada vez producen más residuos, algo que afecta a generaciones futuras y hace que la sostenibilidad del planeta se vea comprometida. Por ello, debemos buscar alternativas para tirar menos basura. En ese objetivo juegan un papel fundamental las tres erres: reducir, reciclar y reutilizar.
Una vivienda ecológica es aquella que aprovecha los recursos naturales y respeta el entorno en el que se construye. Por lo general, se trata, además, de casas autosuficientes cuyo consumo es prácticamente nulo en comparación con las construcciones al uso. No necesitan ninguna fuente de energía externa para tener luz o agua caliente.
La boina de contaminación que se puede observar en muchas ciudades es una acumulación de contaminación que deteriora la calidad del aire y se manifiesta como una especie de nube grisácea visible a cierta distancia.
La energía solar se obtiene a partir de acumular la radiación electromagnética del sol. Cada día, se recoge de manera más eficiente gracias a la evolución de las tecnologías. Existen captadores como células fotoeléctricas, heliostatos o colectores solares que permiten convertir al sol en una fuente de energía para generar electricidad o calor.
Un producto sostenible está elaborado en un entorno respetuoso con el medio ambiente y las personas que participan en su producción. Responde a una serie de condiciones que podemos adivinar a través de sencillas preguntas.
El concepto de desarrollo consiste en aumentar el bienestar individual y colectivo. Los indicadores utilizados para medirlo son económicos y políticos, además del nivel de industrialización. Así, se determina si los países están “desarrollados” o “en vías de desarrollo”, por ejemplo. A partir de ahí nació la idea de “desarrollo sostenible”, que surgió durante la Conferencia de Estocolmo de 1972.
En los últimos diez años, la población mundial ha crecido una media del 2,8%. De los cerca de ocho mil millones de habitantes que hay en el planeta Tierra, aproximadamente 2.300 millones no tienen acceso a agua potable. Tanto el crecimiento demográfico como la necesidad de gran parte de la población revelan una inmediata necesidad de gestionar este recurso de manera sostenible.
La contaminación lumínica es la dispersión de la luz sobrante que proviene de fuentes artificiales de iluminación. Es decir, toda la luz artificial que no aprovechamos y acaba en el cielo.