Ecotoxicidad: un peligro latente para nuestros ecosistemas 

ecotoxicidad

La evolución en los ámbitos tecnológicos, científicos e industriales ha llevado al ser humano a ejercer una influencia ambiental diaria, que en ciertas circunstancias resulta en la producción de sustancias químicas. Cuando estas sustancias interactúan con los ecosistemas se genera un fenómeno conocido como ecotoxicidad. La ecotoxicidad hace referencia a los efectos tóxicos de sustancias químicas en los ecosistemas y los organismos que en ellos habitan. 

Un término de creciente interés y preocupación, que cada vez atrae más titulares. 

Entendiendo la ecotoxicidad: conceptos clave 

Dentro de la toxicología ambiental, la ecotoxicidad se centra en el estudio de los efectos de sustancias químicas tóxicas en los seres vivos, sobre todo en aquellos que forman parte de un ecosistema. Dentro de estas sustancias químicas podemos encontrar desde pesticidas hasta metales pesados o microplásticos

Una idea fundamental es que dentro de este ámbito no solo se incluyen a las especies individuales, como animales y plantas, sino que también a los procesos ecológicos en general. La ecotoxicidad puede manifestarse de diferentes formas, desde la muerte de organismos, hasta la interrupción de cadenas alimenticias y la degradación del hábitat. 

Dentro de las pruebas científicas que se utilizan para calcular la toxicidad de estas sustancias, encontramos pruebas que incluyen el impacto en todo el ciclo de vida de las diferentes especies, desde su reproducción hasta su muerte. 

Tipos de ecotoxicidad 

Dependiendo del tiempo de exposición, intensidad y desarrollo, tenemos dos tipos de ecotoxicidad: 

  • Ecotoxicidad aguda. Que hace referencia a los efectos tóxicos que ocurren en un corto período de tiempo tras la exposición a un contaminante. Dichos efectos pueden ser mortales o casi letales para los organismos. 
  • Ecotoxicidad crónica. En este caso, conlleva efectos a largo plazo. Muchos de estos pueden no ser visibles al inicio, pero son igualmente devastadores. 

¿Cómo evaluamos si hay indicios de ecotoxicidad? 

Para evaluar la ecotoxicidad, tenemos que valorar diversos indicadores, como la tasa de mortalidad de especies específicas, cambios en los patrones de comportamiento, y alteraciones en los ciclos de reproducción. 

Todos estos indicadores permiten determinar el nivel de riesgo que una sustancia tóxica representa para el ecosistema. También se pueden utilizar biomarcadores, que son indicadores biológicos que muestran la exposición de un organismo a sustancias tóxicas. Incluso también modelos matemáticos, los cuales son capaces de predecir cómo se propagarán los efectos de la ecotoxicidad en todo un ecosistema. 

  • Bioacumulación: El impacto de la ecotoxicidad. La ecotoxicidad no solo afecta a los organismos individuales, sino que también puede desencadenar una serie de reacciones en cadena en los ecosistemas. Por ejemplo, la contaminación de un embalse de agua con metales pesados puede no solo dañar a las especies acuáticas que lo habitan, sino también a las aves u otros animales que se alimentan de ellas. Esto se conoce como bioacumulación y puede tener efectos desastrosos en toda la cadena alimenticia. 
  • Observando la biodiversidad. La biodiversidad también puede verse afectada por la ecotoxicidad, produciendo una disminución importante de la misma. Algunas especies pueden verse reducidas o incluso llegar a desaparecer. Teniendo en cuenta también como este impacto afecta al resto de especies que dependen unas de otras. 
  • Modificación de los ciclos naturales. Muchos de los contaminantes pueden alterar los ciclos naturales, tales como los ciclos de nutrientes y el equilibrio de los ecosistemas. Esto puede llevar a cambios irreversibles en los hábitats y en las interacciones entre las especies. 

Causas de la ecotoxicidad 

La ecotoxicidad suele ser el resultado de diversas fuentes de contaminación. 

Una parte de esta ecotoxicidad proviene de residuos que generamos en nuestro propio entorno doméstico, algunos de ellos sin llegar a ser conscientes. Entre estos desechos encontramos: medicamentos (sobre todo antibióticos), insecticidas y pesticidas, aguas residuales o baterías. 

Por otro lado, tenemos los productos químicos industriales y residuos peligrosos. Aquí podemos ver desde vertidos de petróleo en océanos o mares, pasando por residuos agrícolas y restos de procesos de fabricación industrial, que en ocasiones son vertidos de manera ilegal a la naturaleza. 

A continuación, os dejamos un resumen de como reciclar correctamente algunos de los residuos domésticos más habituales y no aumentar la ecotoxicidad de tu entorno: 

¿Cómo podemos reducir la ecotoxicidad? 

Una de las formas más efectivas de disminuir la ecotoxicidad es a través de la implementación de leyes y políticas ambientales estrictas. Estas regulaciones pueden abarcar de limitar el uso de ciertos químicos o normas exigentes para limitar los vertidos de residuos. 
 
Paralelamente, encontramos el avance en las llamadas tecnologías de remediación. Entre otras incluyen el tratamiento de aguas residuales, técnicas de biorremediación (la utilización de microbios para la limpieza de agua subterránea y el suelo contaminado), o técnicas de fitorremediación, que es un método innovador que utiliza la habilidad natural de determinadas plantas para absorber, acumular, descomponer, volatilizar o inmovilizar una variedad de contaminantes hallados en el suelo, aire, agua o sedimentos. 

Y como siempre decimos, la educación y concienciación como la que desarrolla Ecoembes, juegan un papel fundamental en fomentar un cambio de comportamiento hacia prácticas más sostenibles. Al entender el impacto de nuestras acciones, disponemos del conocimiento necesario para tomar decisiones más conscientes y respetuosas con el medioambiente. 

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